Capítulo IV "Agua caliente."

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Luego de desayunar, Elena sacó todas las cosas de la mesa y se puso a limpiar mientras que los niños se iban a su respectivos cuartos, o a mirar la televisión en la sala de estar.

Harry caminó hasta el sillón y una de las gemelas estaba sentada con los brazos cruzados y el ceño fruncido. El rizado se acerco a ella y la miró sonriente.

"Te cuento un chiste Eva?"

"No." Contesto aún con el ceño fruncido y con la vista perdida.

"Toc, Toc..." Eva giró los ojos y suspiró.

"Quién es?"

"Juan." Le respondió.

"Juan que?"

"Juan, Two, Three."

"Fue un chiste muy malo." Dijo ahora mirándolo y con el ceño más relajado.

"Lo sé, pero cambiaste un poco la cara." Dijo triunfante. "Ahora me dirás que te pasa?"

"Nada importante." Contestó mirando el piso.

"Vamos, puedes contarme lo que sea! Me puedes contar cualquier secreto y yo no contare nada. A menos que me digas que mataste a alguien." La niña seguía con la mirada perdida. "Dime por favor que no mataste a nadie." Dijo un poco asustado.

"No mate a nadie tonto." Dijo con una sonrisa en la boca y él también sonrió. "Es que papá Chad había prometido enseñarme a andar en bicicleta sin las ruiditas de atrás." Había un pequeño puchero en sus labios.

"Ah, iba a ser más emocionante si me decías que mataste a una persona." Harry se iba a levantar e irse de allí pero su conciencia no dejo que lo hiciera. Miró a Eva que se encontraba desanimada. "Pero ver cómo te caes también será emocionante y divertido. Será como esos videos graciosos que buscas en youtube en donde muestran las caídas más tontas."

"Entonces eso que significa?"

"Te enseñaré a andar en bicicleta con una condición."

La cara de Eva cambio por completo y una linda sonrisa se mostró en su carita. "Cuál condición?"

"Que me des la contraseña de wifi."

"Trato hecho." Juntaron sus manos como empresarios y aceptaron el trato.

(...)

Harry y Eva estuvieron toda la tarde juntos. Pararon para almorzar dentro de la casa y luego siguieron con el plan "Eva aprendiendo a andar en bicicleta".

Ahora estaban en la vereda de la casa sentados en el césped, mirando a la gente pasar. Tomaban jugo de naranja y comían un sándwich de jamón y queso que había preparado Louis.

"Tendré que ponerme la quinta curita." Dijo Eva suspirando. Tenía leve raspones en los brazos y algunos en la pierna. No podía hacer más de tres pedaleos en la bicicleta porque se caía por falta de equilibrio.

"Pero la última caída fue por culpa del estupido hombre del correo que se te cruzó." Dijo Harry enfadado. Eva lo estaba haciendo perfecto pero ese idiota se puso en medio de su camino, ella dobló para esquivarlo y se cayo.

"Tienes razón. Y la otra fue por culpa de una mariposa, no la quería pisar."

"No había ninguna mariposa."

"Ya psss cállate." Dijo mientras le daba un sorbo largo a su jugo y así lo termino por completo. Se limpió con la mano los restos de jugo que habían quedado sobre sus labios y se levanto del césped. "Está será la definitiva!" Dijo con entusiasmo y puso el casco sobre su cabeza.

El primer amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora