CAPÍTULO 7

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A la mañana siguiente desperté sobresaltándome, gracias al estruendo ruido que hacían los altavoces del centro que emitían una especie de alarma muy ruidosa. Si me iban a despertar cada día así, lo llevarían mal conmigo.

Salí de la cama y me cambié el pijama por una especie de uniforme que todos llevábamos, parecía de hospital.

Recordé que los lavabos eran públicos, pero, ¿dónde estaban? Thomas no se acordó de enseñarme donde se encontraban.
Salí de mi habitación y Thomas me estaba esperando con una sonrisa, menos mal.

Thomas: Buenos días!-Me dijo muy animado.
Sam: Buenos días..-Contesté cansada.-Oye, dónde están los lavabos?
Thomas: Oh! Se me olvidó enseñarte donde están, lo siento, ven.-Me dijo y comenzó a caminar hacia el final del pasillo donde había una puerta algo más grande que las demás.-Aquí están, te espero.

Dicho eso asentí y me adentré en el lavabo. Era bastante espacioso, habían cuatro puertas las cuales cada una de ellas daban a un váter, y luego habían cuatro puertas más que eran las duchas. En frente de estas puertas se encontraban los lava manos y un espejo enorme, mi aspecto se encontraba horrible.
En el lavabo sólo había una mujer cuarentona cantando mientras se lavaba las manos y una chica que tendría unos veinte años.
Cuando acabé de asearme salí del lavabo y me encontré con Thomas sentado en el suelo esperándome con una sonrisa. Porqué siempre sonreía? Pues no se, pero me estaba comenzando a incomodar bastante.

Thomas: Vamos?-Preguntó levantándose.
Sam: Sí.-Respondí firmemente.

Al bajar al comedor la gente ya estaba almorzando, supongo que he tardado demasiado en el lavabo. Fuimos a coger un plato para que nos sirvieran el desayuno, y aunque no quedara mucha cosa me conformaba con lo que había. Los vasos eran de plástico al igual que los cubiertos, lo cual me fastidiaba un poco.

Thomas y yo nos sentamos en una mesa algo más apartada de la gente y comenzamos a hablar, me preguntó que tal había pasado la noche a lo cual le respondí con mucha naturalidad. No me daba vergüenza hablar con el de mis problemas ya que se lo tomaba con total normalidad, y eso me gustaba bastante ya que nunca he podido hablar mucho sobre mis problemas con la gente.

Cuándo acabé el desayuno recordé que me tocaba visita con el psiquiatra, mierda, eso no me gustaba tanto.
Salí del comedor y me encontré a la directora Annie esperándome.

Annie: Buenos días Samantha, estas lista?-Preguntó amablemente.
Sam: Buenos días, sí, supongo...-Dije desanimada.
Annie: Tranquila, el doctor O'brien es buen psiquiatra y es muy amable con los pacientes.

"Claro y yo soy tonta y no sé como son los psiquiatras."-Pensé.

Al llegar a la puerta primero pasó la directora y seguidamente yo. Dios. No sabía que existían psiquiatras tan guapos. Ahora sí, que sea guapo no quita que sea un estúpido psiquiatra igual que todos, las mismas preguntas, las mismas pastillas, la misma rutina. Sólo que encerrada en un manicomio.

Annie: Buenos días doctor O'brien, Samantha ya esta aquí para empezar su primera terapia con usted.-Dijo para luego voltearse a mirarme.-Samantha, él es el doctor O'brien, espero que se lleven bien. Oh! Y recuerda Dylan, si el paciente muestra algún comportamiento fuera de lugar no lo dude y pulse el botón.

¿Botón? Ni que fuera a matarlo. "Deberías hacerlo..."-Dijo la estúpida voz dentro de mi cabeza. No lo voy a matar, de momento no me ha echo nada. "De momento.. haha..." Cállate ya, o me harás pasar ridículo.-Dije en un susurro para que no me oyeran Annie y el doctor.

 

Annie: Samantha? Te encuentras bien?-Eso me hizo salir de mis pensamientos y mirar a la directora, la cual reflejaba un poco de preocupación en sus ojos.

Sam: Sí, lo siento, sólo estaba pensando.

Annie: Esta bien... Te dejo con el doctor, nos vemos más tarde.-Dijo para luego retirarse de la sala.

Dylan: Bueno Samantha, siéntate.-Dijo señalando la silla del frente suyo, tan sólo nos separaba una mesa dónde habían varios papeles y un bolígrafo. Me senté y esperé a que comenzara a hablar.

Dylan: Soy Dylan, cómo ya sabrás... he estado mirando tu expediente e informes y me ha parecido muy interesan..

Sam: Por favor, empieza ya con las preguntas y déjate de rollos, me gustaría salir de aquí lo antes posible.-Le corté, estaba cansada de las típicas frases que duraban como veinte minutos antes de comenzar las sesiones. Después de cortarle el rollo, Dylan se me quedó mirando con sus ojos café muy serio, parecía enfadado.

Dylan: Mira Samantha, yo no soy como los otros psiquiatras que has ido a ver, aquí me vas a hacer caso, si quieres salir de aquí lo antes posible, mas vale que colabores.-Vale, eso me había sorprendido, ningún doctor me había hablado nunca así y eso me hizo respetarle algo más.

Sam: De acuerdo...-Contesté cabizbaja.

Dylan: Esta bien, como iba diciendo, me ha parecido muy interesante lo que te sucede, y como supongo que te habrá dicho la directora Annie, seré tu psiquiatra de aquí para alante. Antes de comenzar, te entregaré un papel...-Dijo y comenzó a buscar en su montón de papeles que tenía sobre la mesa hasta que sacó una hoja blanca con algo escrito.-Aquí tienes, este es tu horario conmigo.

Lo observé por un largo rato, tenía sesión con el cada día menos el domingo. Lunes, miércoles y viernes me tocaba por la mañana a las 10:00am y martes, jueves y sábado por la tarde a las 6:00pm.
Espero que las sesiones no sean tan aburridas como me espero.

Dylan: Bien, empezemos.-Dijo acomodandose en la silla y entrelazando sus manos sobre la mesa.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2017 ⏰

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