Please, help me...

CAPÍTULO 4

Pasadas media hora, mi madre me avisó de que la cena ya estaba sobre la mesa. Al bajar me senté y comenzamos a comer, estaba esperando el momento en que comenzaran a hablar, pero no lo hacían, y si se han olvidado?

Sam: Mamá, no teniais algo que contarme?-Pregunto con la boca llena.
Mamá: Si...-Dijo mi madre rascando su cabeza, signo de que estaba nerviosa, siempre que lo está comienza a rascar su cabeza o cuello.
Papá: Bueno hija... Por donde empiezo...-Dijo mi padre.
Sam: Que sucede? Me estais asustando.-Digo nerviosa, y si de divorcian? Espero que no sea eso...
Papá: Como sabrás tienes esquizofrenia y cada día te tomas un medicamento especial.. Bueno pues las pastillas no están haciendo el mismo efecto que al principio.
Sam: Que? Papá, que quieres decir con esto? No entiendo nada.-Digo bastante confusa.
Mamá: Sam, tienes que internar en un hospital psiquiátrico, allí te ayudarán con tu tratamiento, esto será lo mejor para tí Sam.
Sam: QUEE!? No, a un manicomio no por favor.-Dijo con un nudo en la garganta. Odio esos sitios, mi tio estubo encerrado en uno de ellos por 7 años, y se acabó suicidando. No quiero volverme más loca de lo que estoy y llegar al suicidio.
Papá: Samantha, tranquila, sólo sería por un tiempo, hasta que te recuperes... Yo se que tu puedes hacerlo.-Dijo mi madre llorando, se levantó de la mesa y me dió un abrazo.

Recogo la mesa y ayudo a mi padre a fregar los platos.
Aún no asimilo esto, no me puede estar pasando... A mí no. Tengo un nudo en la garganta enorme y sé que como diga una palabra más explotaré, aunque aun así tengo la necesidad de preguntar a mi padre cuando internaré.

Sam: Y cuándo empiezo papá?-Pregunto secándome las manos.
Papá: Dentro de dos días, Sam.
Sam: Papá porfavor...-Digo llorando.-No podeis hacerme esto!
Papá: Sam lo siento muchísimo de verdad, pero esto te beneficiará mucho, aunque tu pienses ahora que no, verás como darás un gran cambio Sam. Además que allí conocerás a muchas personas, personas con diferentes problemas a los tuyos, otros muy parecidos y otros igual que tú.
Sam: Si papá... Gente loca!-Grito y subo corriendo a mi habitación.

Me desplomo en la cama y comienzo a llorar como nunca, no entiendo porqué me hacen esto, yo no me veo tan mal como para internar en un manicomio para locos sin cura, y aunque mis padres digan que allí me curaré, yo se que no.

Cuándo dejé de llorar cogí mi móvil y llamé a Liz, al principio dudé, pero se lo tenía que contar.

Liz: Si?-Habló Liz con la voz ronca.
Sam: Liz, estabas durmiendo?-Pregunto.
Liz: Si.. Pero no importa, sucede algo? Son las 12:00am.
Sam: Bueno, mejor te lo explico mañana.-Digo para no molestarla.
Liz: No! Dime va.-Dijo más animada.
Sam: Bueno está bien..Me van a internar en un puto manicomio.-Digo de nuevo al borde de las lágrimas.
Liz: Sam yo... Yo ya lo sabía...-Dijo ella.
Sam: QUE? Como que lo sabías?!-Pregunto confundida.
Liz: Tu madre me lo contó hace unos días, Sam lo siento, tu madre no me dejaba contártelo, y tampoco sabía como.-Contestó entristezida.
Sam: Esta bien... No tengo ganas de discutir más. Buenas noches Liz.-Digo llorando.
Liz: Sam por favor, no te enfades, no te lo podía contar.
Sam: No importa, buenas noches.-Digo y cuelgo para no escucharla más.

Desde luego que no puedo confiar en nadie. Aunque no quisiera admitirlo las voces aumentaron en estas últimas semanas, aunque no me molestan, sólo puedo confiar en ellas, ya que són las únicas que me comprenden a la perfeción y me ayudan.

Después de esa horrible conversación con Liz, me pongo mi pijama y intento dormir con una voz hablando en mi interior, diciendo que mate a todos y huya lejos de aquí. Lo cual, por mucho que quisiera hacerlo, se que no está bien, no estoy tan loca como se piensa la gente.