3. Sólos, juntos

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03 Estemos solos juntos

Un mes después, Farkle se da cuenta de que Riley aún sigue sin ser la misma de siempre. Justo luego de la ruptura, intentó evitar a Lucas, pero no estaba funcionando para nada debido a todas las clases que ambos compartían juntos. Fue después de que el grupo se reuniera en Topanga's para hablar de ello cuando Riley pareció estar un poco mejor.

Pero eso no es suficiente para Farkle. Quiere que ella esté verdaderamente feliz. Quiere que ella brille de nuevo. Por lo que decide hacer algo al respecto, y eso es lo que lo guía a su situación actual: estando de pie en la puerta de la muchacha en una noche de viernes, con nada más que un plan y un nudo nervioso en su estómago. Esta noche, quiere hacerla sentirse viva, y para hacer eso necesitaba reunir algo de coraje.

Farkle inhala una gran bocanada de aire y rápidamente toca a su puerta. Mira alrededor del pasillo con nerviosismo mientras espera, y unos segundos después, la puerta se abre lentamente exponiendo a una Riley muy confundida.

—¿Farkle?

—Toma mi mano —dice mientras le extiende su brazo derecho. Riley examina su mano y sonríe en respuesta.

—¿Por qué?

—Quiero llevarte a una aventura —responde Farkle, esperando despertar su curiosidad. Ella toma su mano en un instante y la sujeta firmemente, sorprendiendo al muchacho.

—Espera, ¿en serio? —cuestiona él.

—Iré a cualquier lado contigo, Farkle —afirma, como si fuese lo más obvio del planeta.

—¿Incluso a Marte?

Riley suelta una risita y responde—, especialmente a Marte.

La aventura es para nada apetecible, definitivamente no un viaje hasta Marte, pero él sabe que animará a Riley. La lleva a todos sus lugares favoritos en la ciudad. Primero van a su restaurante de pizza preferido y él ordena dos rebanadas de siciliano, el absolutamente mejor tipo de pizza según Riley. Jura que sabe mucho mejor en ese lugar, pero Farkle en realidad no puede ver la diferencia. La pizza está bastante buena, pero verla a ella sonreír es mucho mejor.

Luego, la lleva a su papelería favorita. Él señala en dirección a los bolígrafos, y después de comprar uno color púrpura brillante, ella decide probarlo de arriba abajo en el brazo de Farkle. Estrellas y planetas ensucian su brazo, sin mencionar un par de gatitos aquí y allá, pero a él no le importa en lo más mínimo.

La parada final es en su cine favorito, el cual también lo era de Farkle. Muchas de las memorias de su infancia están guardadas en ese cine. Definitivamente, su preferida es de cuando a ambos les dejaron ir a ver una película sin sus padres. Fueron a ver Frozen y aún así se sintieron como los chicos más geniales del planeta.

Esta vez, terminan viendo alguna comedia romántica que de alguna manera tiene demasiados clichés y un argumento cansado, pero a Riley parece gustarle a pesar de todo, y si la hace feliz, entonces Farkle es feliz. Cuando la película termina, ninguno de los dos se levanta de su asiento como el resto de las personas en la sala. Unas cuantas parejas pasan frente a ellos, logrando que Riley suelte un suspiro obvio.

Finalmente se encuentran solos en la sala, y Farkle pregunta—, ¿estás bien? —Riley asiente en respuesta pero no dice nada, por lo que él continúa—. ¿En qué piensas?

—Sólo en el hecho de que estas películas siempre tienen finales felices. La chica linda termina con el chico tonto pero encantador y todos tienen su felices para siempre.

—Se supone que las películas como esta tienen que terminar así, Riley. Se supone que tienen que hacerte sentir bien.

—Lo sé, pero no lo hizo —frunce el ceño y continúa—, no me hizo sentir bien esta vez.

Viendo la angustia en sus ojos, Farkle apoya una mano en su hombro y le dice—, Riley, no necesitas un chico para sentirte bien contigo misma. No necesitabas a Lucas para hacerte sentir especial. Tú siempre has sido especial.

—¿Piensas que soy especial? —dice ella, con una pizca de esperanza en su voz.

—Por supuesto. Eres especial y talentosa y hermosa, por dentro y por fuera. Pero quiero que pienses todas esas cosas sobre ti por tu cuenta, Riley. 

—Eso intento.

—Sé que sí.

Riley echa un vistazo alrededor del cine y nota que todas las otras sillas están vacías—. Estamos solos —susurra.

Farkle imita sus movimientos y escanea la sala rápidamente. Luego, pone su atención de regreso en Riley—. Aquí, sí, pero jamás estaremos verdaderamente solos, ¿verdad? Tú siempre me tendrás a mí, y yo siempre te tendré a ti. Es decir, tal vez nos sentimos sólos algunas veces, pero-...

—Nunca me siento sola cuando estoy contigo —lo interrumpe ella, y después de mirarlo intensamente por unos segundos, sonríe y descansa su cabeza sobre el hombro del muchacho.

El estómago de Farkle se anuda al ver lo cerca que se encuentran el uno del otro, y se siente como si casi no pudiese respirar, pero nunca había estado mejor. A juzgar por la expresión en el rostro de Riley, piensa que ella podría sentirse de la misma manera.

Fall Out Boy Drabbles | RiarkleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora