Fall Out Boy Drabbles | Riarkle

7. De todos los bares de ginebra en el mundo

07  Y, oh, la forma en que tu maquillaje mancha la funda de mi almohada... da igual, nunca volveré a ser el mismo

Es alrededor de las nueve de la noche cuando Farkle escucha que alguien llama a la puerta de su habitación. Sabe que se trata de Riley, porque ella es la única que le había dicho que vendría, pero los golpecitos en la puerta suenan algo urgentes, y cuando éste la abre puede observar a la muchacha luciendo impaciente.

—Ey, recibí tu mensaje. ¿Está todo bien? ¿Cómo te escabulliste de mis padres para llegar hasta aquí? —cuestiona Farkle mientras Riley entra a su habitación.

La respuesta de la muchacha adquiere forma de un beso. Toma a Farkle desprevenido y casi lo hace caer, pero éste encuentra su equilibrio y envuelve sus brazos alrededor de Riley. Puede sentir chispas transfiriéndose entre ambos a la vez que su boca se mueve en sincronía con la suya.

Riley se aparta para respirar, y Farkle se encuentra jadeando ligeramente mientras bromea—. Riley, nos vimos hace un par de horas en la escuela.

—Lo sé, pero quería verte de nuevo —admite ella. Silenciosamente, cierra la puerta y toma su mano, conduciéndolo hasta su cama y arrojándolo a su lado.

—¿Por esto querías venir? —Farkle cuestiona con una ceja levantada.

—Sí —admite la chica, inclinándose hacia adelante para besarlo otra vez.

Farkle se separa un poco, interrumpiendo el beso—. Espera, ¿también es por esto que me mirabas tanto hoy en la clase de Matemática? 

Riley asiente y los dos sueltan una risita. En momentos como este, su honestidad es lo mejor del mundo. Podría escucharla hablar todo el día acerca de cuánto lo quiere, si es posible.

Ella envuelve una pierna sobre la suya y le toma el rostro entre sus manos—. ¿Está bien?

—Sí —él responde con un escalofrío. Esta vez, es Farkle quien se inclina hacia adelante, haciendo que sus labios se conecten una vez más. Riley se sujeta a la parte trasera de su camiseta como si su vida dependiése de ello, lo que implica que estén aún más cerca, si eso es posible.

Sus besos anteriores habían sido suaves y delicados, incluso inocentes; por lo que el cambio a besos más continuos y calientes, estando sobre una cama y envueltos el uno sobre el otro, están haciendo que la cabeza de Farkle de muchas vueltas a gran velocidad.

De pronto, Riley rompe el beso, y con sus ojos aún permaneciendo cerrados, Farkle la siente plantar un beso en su mandíbula. Lo hace jadear, y está algo avergonzado por lo alto que se escucha en el gran espacio de su habitación. Abre los ojos y ve a Riley sonriéndole, por lo que inmediatamente se cubre el rostro con ambas manos.

—¿Crees que podríamos apagar las luces? —murmura entre sus manos, pero Riley suelta una risita y las aparta de su rostro. Él le sonríe tímidamente e insiste—. Se siente algo extraño hacer esto con todas las luces encendidas.

—Seguro, pero no tienes que sentirte nervioso conmigo, Farkle.

—Enséñame. Enséñame cómo no estar tan nervioso haciendo esto.

Riley sonríe ampliamente y se inclina un poco para apagar la luz en la mesita de noche. Luego, le despeina el cabello entre sus dedos, presiona los labios sobre su cuello, y susurra—. Lección uno.

Una cosa que Farkle definitivamente aprende esa noche es que hay muchos sonidos que no puede evitar escapar de sus labios. Después de un rato, se da por vencido.

***

Farkle se despierta con la luz de la mañana filtrándose por las cortinas de su ventana. Les permite a sus ojos unos segundos para ajustarse, y cuando lo hacen, su mirada aterriza sobre su almohada. Sólo ahí es cuando se da cuenta de la suave mancha de labial rosa sobre la funda de su almohada. Riley se fue bastante tarde, y él se habrá sentido tan preocupado que ni siquiera la notó. 

Se sumerge en pensamientos sobre la noche anterior y lleva una mano al cuello, donde hay ahora una mancha roja púrpura. Mariposas regresan a su estómago e imágenes le inundan la mente mientras sonríe para sí mismo. Entierra su rostro en la almohada manchada de labial y respira el olor de su perfume, que parece no desvanecerse nunca.

Todo es diferente ahora, y Farkle no quiere retroceder jamás.