Shokugeki - One-shots -

A. Anís verde | Sōma/Megumi |

Sin spoilers del manga, situado cronológicamente tras la Elección de otoño, antes de las Stagiaire.

Anís verde

Sōma se sienta en un taburete, pensativo. Frente a él se encuentra una gran cantidad de platos distintos cuyo ingrediente principal es el pollo, necesita pensar bien qué receta será la elegida, pues va destinada a un Shokugeki contra Isami. Nunca imaginó tener una batalla culinaria contra el menor de los Aldini, sin embargo, es tan real que el tema, pollo al estilo Mediterráneo, y la fecha están fijados. Y a Sōma le parece interesante. Sabe que Isami hará un plato italiano y necesita encontrar algo que tenga ventaja sobre esa cocina, duda si elegir un plato español, francés o griego: justo por eso ha hecho más pruebas de lo normal y lo cierto es que está un poco emparchado.

Se lleva una mano al estómago mientras sigue mirando la larguísima fila de platos ya terminados, buscando inspiración. Tal vez si une varias recetas podría...

—¿Sōma-kun? —Sōma estaba tan concentrado que no había notado la presencia de Megumi a su lado, la sonríe.

—Hey, Tadokoro.

El pelirrojo nota que la dulce joven lleva una pequeña bandeja con humeante taza encima. Olfatea ligeramente y se da cuenta de que no es té. Megumi se da cuenta de la mirada de Sōma sobre ma taza y sonríe suavemente.

—Es una infusión de manzanilla y anís verde —aclara la chica, extendiéndola hacia él—. Es para ti.

—¿Para mí? ¿Por qué? —pregunta extrañado.

—Cuando he entrado en la cocina y he visto tantos platos imaginé que estarías un poco empachado. Recordé que después de clase hablé con Arato-san y Hayama-san sobre especias usadas en la medicina y ha salido el anís verde en la conversación, Arato-san me dijo que es bueno para el estómago y que además abre el apetito.

Sōma al entender las intenciones de la chica sonríe ampliamente y acepta la humeante infusión.

—Gracias, Tadokoro, eres la mejor.

Megumi se sonroja hasta las orejas y tartamudea una despedida, yéndose a su cuarto lo más rápido posible para que nadie vea el estado en el que está.

«—Eres la mejor».

Megumi no puede evitar que un gesto bobalicón empiece a hacerse paso sobre su expresión avergonzada mientras entra en su cuarto y se lanza a su cama.

Sōma sigue en la cocina, bebiendo la infusión y decidiendo que lo mejor para poder ganar a Isami es mezclar las recetas, ajeno a la reacción que ha causado a su mejor amiga.