Don Braulio la escuchaba en silencio.
Hacia dos anos que Pam trabajaba junto a él y jamas le presto mucha atencion. El tenia siente hijos y no mas ingresos que aquella revista, y esta cada dia era mas inferior y lo que le volvía loco era la forma de poder darle un poco de auge y que alcanzara su producto libre, para vivir y darle carrera a sus hijos. No tenia mas ambiciones, pero no sabia la forma de superarse.
- Tenemos que aprovechar esta oportunidad, don Braulio -- decía Pam afanosa--. Con la entrevista del señor Baker y relatos bonitos supliendo la sección de modas e insertar algo así como un consultorio femenino.
- Pero..¿ y si fracasamos?
- ¿No estamos ya fracasados?
Don Braulio era un quejumbroso. Se ahogaba en seguida. Pam, en cambio, cuando ya estaba ahogada, se lanzaba en busca de salvacion a costa de lo que fuera, y sin temores, porque si bien estos siempre vivían con ella, los descartaba a fuerza de optimismo y voluntad.
- Tengo miedo, señorita Swift. Los demás están temblando y yo estoy que me caigo. Solo usted tiene esperanzas.
- Hay que arriesgarse.
- ¿Y si se pierde todo?
- Claro que no. Permítame que dirija yo esta semana la confección de la revista.
- Pero... el jefe de redacción y el confeccionador se enojaran.
- No podemos andar con prejuicio, don Braulio. ¿Usted que desea? ¿Mantener firmes a los empleados o que suba la venta de la revista?
- Que suba.
- Pues adelante. Déjeme a mi enfrentarme con todos.
- Pam..., perdone que la llame así.
- Puede hacerlo--dijo Pam casi sin fijarse, enfrascada en el estudio de un croquis que tenia delante--. Fíjese que portada, señor.
- ¿La ha ideado usted?
- Esta noche la soñé. Fíjese que efecto hará en los quioscos y librerías.
- Esta bien. Tirémonos al agua y ahoguemos todos. Vaya a la sala de redacción y hable con ellos.
- Pam se olvido de la hora del vino.
Reunió a todos los empleados y les hablo claro. Al pan. pan y al vino, vino, y no se reservo el resultado que podría obtenerse de la renovación.
- O nos hundimos para siempre, o salimos adelante. ¿ Están de acuerdo ustedes conmigo?
Todos estaban un poco enamorados de ella, de modo que nadie se atrevió a refutarla.
Hallándose Pam en pleno discurso, alguien le dijo que le llamaban por teléfono.
-- No estoy para nadie--- dijo sin mirar, y añadió--: Como les decía...
El que llevo el recado se fue y nunca volvio.
Pam siguió exponiendo sus planes, y una hora después todos trabajaban como locos.
Don Braulio, en su despacho, se llevaba las mano a la cabeza.
Pam, delante de el, seguía hilvanando triunfos.
- Ahora no ganamos toneladas de dinero-- decía el pobre don Braulio--, pero nos sostenemos.
¿Que pasara si damos mas incremento a la revista?
- Ganaremos toneladas.
-¡ Y si la gente que lee nuestra revista, al verla mas.., ¿ como decirlo?, mas intelectual, nos manda al diablo y no la compra! Ahora tenemos nuestros adictos...
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Mi amor...
RomanceUn escritor famoso que ya no cree en las mujeres hasta que hace una apuesta con su mejor amigo y por el destino encuentra a su amor perfecto pero todo se derrumba por un secreto inesperado, ella una chica inteligente y joven que lucha por vivir, su...