¿Casarme?

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- Es curioso

- Algún día tenía que ocurrir - sonrío Sharon complacida.

- Claro que no he terminado. No me doy por vencido.

-¿ Y consideras honesta tu actividad? - pregunto Jimmy malhumorado.

- No he pensado en ello ni pienso hacerlo por el momento --apunto Zacky moviéndose en la silla-. Uno empieza estas cosas de broma. Y luego resulta que las toma en serio.

- Vas a quemarte.

- Me gustaría, Sharon.

- ¿Hasta el punto de cumplir la apuesta al pie de la letra?

- ¿ Hasta ese punto. Supónte que busco un plan, uno de esos planes que halle siempre a mi paso, casi siempre sin buscarlos, y me encuentro con una mujer formidable.

- Es una chiquilla.

- Por supuesto Sharon . Eso es precisamente lo que me asombra. Que siendo una chiquilla no la deslumbra un hombre famoso.

Se hallaban los tres de sobremesa en casa de Sharon y Jimmy. Zacky fumaba un cigarrillo pensativamente, y Sharon, junto a el, le miraba entre sardónica y cariñosa.

- ¿ Sabes, Zacky? Sharon y yo hablamos veces de ti. Pensamos en tu situación. Eres un hombre famoso, tienes dinero, las puertas se te abren en todas partes y consigues cuanto te propones. Eso a otro tipo de hombre le hincharía de satisfacción, pero a ti no. Por tanto, no puedes ser enteramente feliz.

-¿ En tu opinión, qué me falta?

- Un hogar. -Salto Jimmy-. Un hogar como el mío. Una mujer cariñosa, amante, y verdadera compañera. Peer no me parece que a ti para tu sensatez sirva la juventud de esa muchacha. ¿ Como has dicho que se llama?

- Pamelle.

Los esposos se miraron.

- No la conocemos, ¿verdad, Jimmy?

- Jamas oímos hablar de ella.

Zacky se puso de pie.

- No esa fácil-- dijo dando una vueltas por la estancia--. Nada fácil que, dada nuestra vida social hayan oído hablar de una muchacha que no la hace. Es gracioso. Ni siquiera ni siquiera la turbó mi declaración de amor. O, diré mejor, mi insinuación. Estoy seguro que no le perturba el sueño mi recuerdo. ¿Te das cuenta, Jimmy? Me llena de confusión toda esta evidencia. Cualquier otra chica, tan pronto como salgo con ella una vez, me echa lo que se dice vulgarmente el gancho a ver si pico. Pam me consideró un donjuán. A mi, que jamás hice ese papel.

Se sentó a medias en el brazo del sillón y cruzó una pierna sobre la otra, agitando un pie rítmicamente.

-¿ Sabes lo que estoy pensando, Sharon?

- Cualquiera lo puede saber si tú no lo dices.

- Me voy a casar con ella.

-¿ Así?

-¿ Y por que no? ¿ Tan esencial es el amor?

Ademas, ¿ no es fácil amar a una mujer digna de ser amada?

- Hay miles de mujeres dignas de ser amadas.

-opino Jimmy riendo- que no se casan jamás.

Que no son amadas nunca.

- Ademas, casarse solo por una apuesta no es decente. Retiro la apuesta Zacky.

Este rió con todas sus ganas.

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