Se escondió en una habitación, su respiración era agitada.
La atención innecesaria lo estaba asustando y poniendo ansioso, los ojos de muchas personas siempre se encontraban clavados en él, desconocidos le hablaban, algunos le lanzaban pequeñas burlas y se vio acorralado por compañeras que nunca antes le prestaron atención y sorpresivamente ya lo hacían.
Se quedó unos minutos dentro y observo su reloj en la muñeca, estaba llegando tarde a clases de Transformaciones, salió del cuarto y comenzó a correr a gran velocidad, no observaba exactamente al frente, así que esa fue la causa de que chocara de lleno con alguien, sus anteojos cayeron al suelo y un pequeño sonido de vidrios rotos le advirtió lo que sucedía.
―¡Lo siento mucho! ―exclamó sin mirar a la persona con la que choco, su vista se tornó un tanto borrosa, podía andar sin anteojos, pero era más cómodo para él utilizarlos.
―No te preocupes, no fue la gran cosa ―la voz de Viktor fue la que le respondió, sus movimientos se detuvieron por una milésima de segundo ―¿sorprendido Yuuri?
―Lo siento ―murmuró de nueva cuenta, se apresuró a sacar su varita y apuntar a sus anteojos ―reparo.
De manera inmediata los vidrios comenzaron a unirse, todo para dar como resultado sus anteojos arreglados, suspiro aliviado colocándoselos, se levantó y tendió la mano en dirección a Viktor en forma de ayuda, era lo menos que podía hacer después de chocar contra él de manera tan violenta, sus ojos azules lo observaron por un par de segundos antes de aceptar y ponerse de pie.
―¿Y qué es lo que te tenia apurado de tal modo? ―Viktor preguntó curioso.
―Mi clase de...¡Transformaciones! ―exclamó asustado, de nueva cuenta iba con retraso ―lo siento, tengo que irme.
Volvió a correr, había estado llegando tarde a sus clases por culpa de la multitud que quería acosarlo. Su profesora le dio una breve reprimenda y le permitió pasar, se fue a su lugar, justo al lado de Pitchit, este parecía divertido, él lo había observado huyendo y escondiéndose, si pasara por la misma situación no luciría tan feliz con la desgracia de Yuuri.
Al terminar la clase se marcharon al gran comedor, era la hora de la comida y la verdad Yuuri quería alimentarse, lo malo era que su dieta había sido controlada por la profesora Minako y sus amigos, eso era a lo que llamaba injusto.
Notaba que susurraban a su espalda y casi todos sostenían un periódico entre sus manos.
―¡Yuuri! ―un joven se interpuso en su camino, sus ojos eran enormes, entre color miel y dorado, su cabello era rubio con un salvaje mechón rojo sobresaliendo ―Soy su admirador, me gustaría que me firmara mi edición del Profeta.
―¿Eh? ―atino a decir confundido.
―Su entrevista fue genial, gracias a usted me he inspirado para practicar Quidditch y me ha llamado la atención el que pasara por todo aquello de pequeño, eso me hizo admirarlo mucho más ―el niño era de primer curso, era obvio, lo recordaba de la selección, sus palabras no tenían sentido para él, se giró a ver a Pitchit en busca de respuestas.
―Solo dale el autógrafo Yuuri, te lo explicare ―dijo Pitchit, de manera emocionada el niño le tendió un ejemplar del profeta y una pluma.
―¿Tu nombre? ―atino a decir Yuuri, esto era lo más extraño del mundo.
―Minami.
Garabateo un breve mensaje y se lo paso, el niño chillo emocionado, volvió a decirle que lo admiraba y se marchó alegremente.
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El torneo de los tres magos [Victuuri] -En edición-
FanfictionLa vida para los magos y brujas hijos de muggles era difícil, en especial para Yuuri Katsuki. A sus quince años era un estudiante de la casa Gryffindor, con un talento que fue forjando poco a poco como buscador y también una persona con cero habil...