Se estaba empezando a hacer de noche y todavía seguíamos allí. Después de dar una vuelta por los alrededores del colegio, había empezado a llover así que decidimos sentarnos en el interior de una especie de pérgola de madera hasta que se despejara un poco. Lucas estaba en el suelo apoyando la espalda en el banco en el que yo estaba sentada con las piernas cruzadas. Tenía una pierna doblada y apoyaba el codo encima de la rodilla. Hacía rato que nos habíamos pasado de la hora del toque de queda, pero se estaba tan bien allá afuera que no nos importó. Habíamos estado hablando de todo, del colegio, de California, de mí, de él y sobretodo de Gaby. Lucas me juró y rejuró que estaba muy arrepentido de haberle hecho daño a mi mejor amiga y que no sabía cómo arreglarlo. Yo no sabía si creerle aunque lo decía sinceramente, su reputación tampoco es que fuera de Santo que digamos...
-Deberías llamarla y pedirle perdón.- Le digo yo con una mueca. Sabía perfectamente que Gaby se moría por hablar con él y perdonarle. No es que fuera típico suyo arrastrase por la atención de un chico, pero si ese chico era Lucas Turner, Gaby era capaz de tirarse desde un quinto piso de cabeza.
-¿Pero qué le digo? Debe de estar cabreadísima conmigo, joder.
-No está cabreada, está... dolida. Si la llamas y le explicas lo que pasó, lo entenderá, hazme caso.
Después de un par de segundos en silencio, Lucas asiente y suelta un suspiro.
-Vale, pero me tendrás que ayudar a decírselo, no se me da muy bien esto de argumentar contra las tías.
Me río y él sonríe de vuelta.- ¿Me estás pidiendo ayuda?
-Sep... ¿Lo harás o vas a seguir riéndote de mí? -Dice él poniendo los ojos en blanco
-No me río de ti, solo que me parece graciosa tu forma de ser. Pensaba que eras... no sé, distinto.
-¿Se supone que eso es un insulto?
-Al contrario. Todo lo que he oído de ti por California es que eres un capullo egoísta que solo se preocupa por quedar bien y presumir del numero de tías con las que se enrolla cada viernes.
-Vaya, menudo cumplido, ¿eh? - Me interrumpe él, esta vez sin sonreír.
-No, enserio, no te voy a mentir. Pensaba que no eras más que otro chulito de esos que se piensan que son los reyes del mambo. Pero me alegra saber que estaba equivocada, me has caído bien.
Me mira y levanta un lado de la boca, formando una media sonrisa. Abre la boca para decir algo, pero le interrumpe el sonido agudo de la llamada de un móvil. Yo me incorporo y saco mi Iphone del bolsillo trasero del pantalón. Miro la pantalla pero no reconozco el numero que llama. Lucas se da cuenta y se sienta a mi lado para verlo mejor.
-Ni idea, cógelo, quizás es importante. - Me dice y se encoge de hombros.
Le hago caso y descuelgo el teléfono.
-¿Sí?
-Olivia, soy Jaime.
-¿Jaime?- pregunto yo confundida y Lucas niega con la cabeza sonriendo.- ¡Ah! Sí, sí... Jaime. ¿Qué pasa?
-No tendrás a Lucas todavía por ahí contigo, ¿no? llevamos un buen rato esperándole en la habitación y no llega.
Noto como mis mejillas se vuelven coloradas, sabe perfectamente que estamos juntos, lo está haciendo para ponerme nerviosa.
-Eh... Sí, sí está aquí conmigo. - Digo yo y pongo el teléfono en manos libres para que también lo oiga Lucas.
-¿Qué pasa Jaime, chaval? - dice Lucas riendo.
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Dos de corazones
Teen Fiction"Puede que no seas su primero, su ultimo o su único. Ya ha estado enamorada antes y puede amar de nuevo. Pero si ella te quiere ahora, ¿Qué más da? No es perfecta, tu tampoco lo eres, y los dos nunca seréis perfectos juntos, pero si consigue hacerte...