C i n c o

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Yo realmente tenía adormecido todos los sentidos de consciencia que pudieran existir, si es que había más de uno. No tenía idea de donde estaba, no tenía idea de que hora era, mucho menos tenía idea de en que momento salí de Amnesia y llegué a este lugar, pero nada de eso importaba.

Ella estaba besándome frenéticamente mientras sus manos recorrían mi cuerpo y yo tampoco dejaba de tocarla. Sentí algo blando detrás de mí y sabía que estaba sobre una cama con ella encima de mí. Con los ojos cerrados era difícil saber en qué clase de habitación estaba, espero que no una roja, y tampoco sabía cómo era.

Solo sé que con su cuerpo pegado al mío yo estaba más que caliente. Aún traía la ropa puesta, pero eso no dudaría mucho tiempo. Le di una vuelta en la cama quedando yo sobre ella y comencé a besar su cuello mientras aún tocaba su cuerpo. Ella gimió y antes de soltar una ligera risita cuando la besé en la comisura de sus labios.

- Es una pena que esté tan ebria como para recordar algo así - Murmuré.

- Uhm, entonces vamos a tener varias rondas de sexo salvaje. Bésame - Dijo riendo suavemente y lo hice.

Dios. Sus labios eran suaves, con un intenso sabor a alcohol, húmedos.

Poco a poco la ropa se desprendió quedando esparcida en algún lugar de la habitación y esa si fue una noche ruidosa.

La miré con una sonrisa divertida. Habían pasado un par de horas y el efecto del alcohol al fin había comenzado a desvanecerse haciendo que al menos pudiera recordar un poco. Había bebido algo de agua así como también me había asegurado con unas aspirinas. Brittany se rió al notar que no djeaba de mirarla.

Estábamos tiradas en la cama con un edredón celeste con un diseño de un color perla y un diseño elegante. Yo realmente no presté atención a mi alrededor.

- ¿Qué me sonríes tanto? - Ella rió suavemente.

- Estoy... ebria - Deje en claro mientras sonreía lentamente - me acabo de acostar contigo... y aún no tengo ni idea de dónde estoy

Ella se rió.

- Tienes una risa matadora -

- ¿Te encanta mi risa? -

- Me encantan tus ojos -

Ella se inclino a besarme y yo correspondí.

- ¿Crees que podremos seguir con otra ronda más? - Me reí con una ligera carcajada y Brittany la acompaño.

- Llevamos como cinco -

La cabeza me palpitaba horriblemente cuando me desperté y encima lo hice solo porque unas voces me despertaron. Me senté en donde estaba mientras frotaba mis sienes con cuidado y entonces al mirar la habitación casi me lleve un susto porque no la reconocía.

La habitación era grande, grande, había una cama doble en donde yo estaba en una zona a la mitad de la habitación. Las paredes estaban pintadas de un color celeste suave bonito, había un candelabro encima en el centro de la habitación. Podía ver un juego de puertas dobles frente a mí que seguramente era un armario o algo, luego al lado contrario de ellas había una puerta cerrada en donde podía escuchar las voces. Me puse en pie cubriéndome (porque estaba desnuda) con el edredón y camine hasta la puerta presionando ligeramente la oreja contra ella para escuchar.

Reconocí la voz de Brittany y la de la chica, Tina, ambas hablaban tranquilamente sobre algo.

- Siento que tengas que ir a trabajar en ese estado - La chica rubia le dijo a la asiática con una suave risa.

- Yo también - La chica dijo mortificada - Pero si no voy pueden despedirme y va a ser peor también ahora porque tengo todo el aroma a licor en la boca, me he lavado cinco veces y no se desprende

El amor siempre es cero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora