Adiós luz encandescente

373 35 28
                                    

MONSTRUO

CAPITULO FINAL

"Adiós luz encandecente"

"Algunos dicen que estoy loco por mi amor...

Oooh mi amor...

Pero nadie podrá llevarme de tu lado, oh mi amor...

Ellos no saben que no puedes abandonarme...

Ellos no te oyen cantando aún para mi..."

...Solo sé que en algún momento de toda esa lujuria, de toda esa pasión, mis sentidos se perdieron cuando uno de los tantos orgasmos me golpeó con fuerza... todo se volvió negro cuando mi cuerpo expulsó mi semilla, hundiéndome en la oscuridad serena, protegido por los fuertes brazos de mis dos fieras...

Nada podría haberme quitado aquella serenidad y felicidad, nada..... excepto...

Mis ojos se abrieron lentamente cuando sentí como era alzado de aquella suavidad y frescura... de aquello esponjado bajo mi espalda que reconocí como la cama de hospital. Enfoqué lentamente, tratando de recordar o tratar de suponer a dónde era posible que me llevaran... pero mi mente solo tenía el recuerdo de estar en medio de Taiga y Daiki...

Después de eso, todo era borroso.

Cuando logré enfocar mi vista, aquel aroma masculino y amaderado llegó a mis fosas nasales deleitándome y sin poderlo evitar, hundí mi nariz en aquel pecho cálido que me sostenía firmemente mientras volvía a cerrar mis ojos para concentrarme en aquella esencia.

Por fin despiertas, conejito – oí claramente la voz de mi hermano dando por hecho que aquel aroma y calor le pertenecían. -

Te encuentras bien, Tetsuya? – se oyó la voz de Taiga al costado donde mi cabeza se recostaba en el pecho de Daiki – no te lastimamos verdad? –

No idiota, un par de bestias enormes como nosotros no le hicieron ni cosquillas – dijo molesto mi hermano levantando de pronto el codo, dándole de lleno en las costillas al pelirrojo, el cual se quejó quedo – ahora debemos tratarle como cristal hasta que se recupere. – susurró rosando sus labios en mi frente.

Tranquilos... estoy bien – rio con suavidad casi dolorosa – no creo morir por esto... quizá solo tengo que acostumbrarme - agrego escondiendo mi cara en el pecho de mi hermano para que mi sonrojo al notar lo que insinúo no se note demasiado.

Al escucharme, ambos se quedaron unos milisegundos en shock, luego Taiga pareció atorarse con su propia saliva, mientras mi hermano rió a todo pulmón....

Si, la vida con estos dos, en verdad sería demasiado entretenida... todo sería color de rosa.

Subimos al taxi que nos esperaba fuera de aquel lugar para dirigirnos a casa....

Daiki me contó que papá nos había dejado la casa a nosotros... si, incluyendo a Taiga y es que a pesar de todo lo que nuestro padre pudiese pensar o imaginar..... él nos apoyaba totalmente, ya que después de su separación con nuestra madre, había comenzado una relación con un tipo bastante agradable... bueno, eso fue lo que Daiki dijo, aunque se quejó de que era muy inseguro y pasaba disculpándose.

Así que todo pintaba para bien, parecía ser la calma que viene después de un huracán. El cielo azul después de una tormenta....

Lo que nosotros no sabíamos era que... Esto, solo era la calma antes de la tormenta...

En ese preciso momento, estábamos en el ojo del huracán.

La madre de Daiki había desaparecido del mapa desde que papá casi la mata al descubrirla abusando de mi, y aprovechando que ya no estaba, como si fuese una plaga, él deshecho todo lo que pudiese ser de ella o se la recordase.

MONSTRUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora