Capítulo 10

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Kyung Soo conocía al tal Kim Heechul, para mi suerte.

—Es fotógrafo de playboy —me aclaró.

Obvio que era fotógrafo de playboy, no podía ser alguien normal.

—Ese de ahí —me señaló una de las tantas fotos del recuerdo en la pared del salón.

No era ni la mitad de diva que yo ¿y era el fundador? Por favor. Además, esa foto era tan vieja que probablemente tenía cuarenta años en la actualidad.

—¡Tengo treinta y tres! —me gritó cuando le comenté lo de la foto.

Kyung Soo, Luhan y yo nos encontramos con él en su mansión privada donde tenía sirvientes sensuales en tanga, su vida actual si que se ajustaba mas a mis ideales. ¿Pueden imaginarme a la orilla de la piscina con mi gigante en tanga? Bebiendo un cóctel con una sombrilla de papel en el.

Esa fue nuestra primera impresión de Heechul, excluyendo a Chanyeol de la escena. En su lugar tiene a un moreno de dos metros sirviéndole. Nos ofreció bebidas tropicales que aceptamos, mientras nos contaba cómo fundó Delta, se veía muy regio con una bata de seda y plumas celestes.

—Me gusta Frozen... —dijo con respecto a la bata—. Esto es lo que Elsa usaría.

Poniendo de lado que Heechul es extremadamente raro, la historia es algo así...

Heechul no lograba encajar en ninguna fraternidad, no se sentía cómodo con sus rituales y pruebas de machos, así que juntó a un grupo de chicos muy parecidos a él y formaron su propia fraternidad, con un nombre que se les hizo muy gracioso. Rápidamente ganaron fama de pasivas y, justo como yo, esos chicos se convirtieron en su familia ya que también es hijo único.

—Mi ex mejor amigo, ese maldito infeliz —dijo con un tono medio borracho—. Y te estoy viendo, rubio, porque te pareces a él —dijo señalando a Luhan—. Ese traidor, lo aconsejé, lo hice fabuloso y me robó a mi novio así de rápido —chasqueó los dedos.

Luego de ese incidente Heechul abandonó la fraternidad y perdió el contacto con sus viejos amigos.

—Pero contraté un detective privado —confesó—. Hice que buscara a esa zorra, ahora está casado con mi ex y tienen un estúpido hijo vietnamita adoptado, ¿Qué mierda? ¿Me ves cara de que quiero niños vietnamitas? ¡Ni hablar! Puede meterse esa polla con rastros de mi saliva cuanto quiera.

Estaba bastante borracho ya, así que su sirviente reemplazó su bebida por una botella de agua.

—Me hice cargo de la fraternidad por los buenos tiempos y esos hijos de perra aún contribuyen al mantenimiento del lugar. Pero decidí que no quiero esos recuerdos —finalizó—. Además, solo hay seis miembros, los sacaran de todos modos.

—¡Es que no lo entiendes! Pienso arreglarlo, conseguiremos mas chicos —le dije y rió con un hipido en medio.

—¿Ah, sí? ¿Y qué harán con todos los requisitos que les faltan? —me tendió una carpeta—. Filantropía, espíritu escolar, participación... Aceptalo, querido, están jodidos.

Noté que Kyung Soo empezaba a enfadarse e iba a responderle, probablemente algo muy grosero, así que lo detuve y me adelanté.

—Lo lograremos —le prometí con una seriedad de muerte—. Puedes vender el lugar al final del semestre si fracasamos, pero no antes. Sacaré a mis chicos adelante hasta el último segundo, no soy como tú, no abandonaré cuando todo no resulte como yo quiero. Vámonos, chicos.

Creo que todos se impresionaron por mi discurso, pero ni Luhan ni Kyung Soo mencionaron nada al respecto. Heechul caminó arrogante detrás de nosotros hasta la salida, Kyung Soo se detuvo un momento y volteó hacia él.

Delta House: The Bunny Boys | EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora