De magia y mi mujer perfecta

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La piedad se alista y la necedad artista te obliga a llenar los pulmones. Estar ofuscado en contar el rosado y enamorar el revoltijo de ideas que suelo escupir. Y al encantar mi aquelarre, las frases se enamoran: los puntos se mueven para describir entelequia de alguien que entiende la falsa bondad lista, la verdadera necedad artista.

Las cronicas de mis utopicas putasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora