Este heroe viene de la esquina.

50 1 0
                                    

No se extraña, no se arrepiente, solo avanza en una suicida y forzada marcha, tambores acentúan la desgracia. El mar o el acantilado, una lanza en el costado y la espada aun empuñada. Mientras se acercaba sesgaba flores, la catástrofe ya inflanqueable lo atraía. En su bolsa corazones, en sus ojos: árboles, praderas y estrellas, en sus manos temblores. Lo haria, 20 pasos 15 palabras y llegaría. Ofuscado, la logro distinguir con rabdomancia entre las sombras. Pronuncio su acto, pero la lanza se incrusto mas con su brusquedad y emoción. Murió el guerrero en las puertas de la esperanza, cayo ante ella.

Las cronicas de mis utopicas putasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora