Nat, una chica que por problemas que ocurren en su país, se tiene que mudar a Estados Unidos, donde un día conoce a un chico llamado Chris. Ella es una chica tímida cuando no conoce a las personas, pero también es muy simpática y agradable cuando se...
Despierto a eso de las nueve de la mañana, con un poco de dolor en todo el cuerpo. Cosa que es normal, haber cargado tanto peso ayer y el cansancio del viaje y todo eso, es más que normal el sentirme así.
Me dirijo al baño para darme una ducha, cepillarme los dientes, hacer mis necesidades, peinarme y vestirme. A penas termino, bajo a desayunar para seguir con los deberes de casa.
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Ya he desayunado, ya me he duchado y ya he arreglado unas cuantas cosas, por lo que decido salir a dar una vuelta para coger aire fresco, pero a parte de coger aire fresco, es más por la razón de despejar mi mente un rato.
Pasé toda la madrugada pensando cuándo regresaría, si ya mis amigos me extrañaban, todas las fiestas que me perdería y esa clase de cosas.
Mis padres, mi hermano y mis amigos no saben que yo no quiero estar aquí, no saben que en lo que pueda regresaré a mi hogar. Vivir aquí será temporal, me hago a la idea de que seré estudiante de intercambio y que regresaré lo más pronto posible.
Opto por ponerme unos shorts de blue jean, una camiseta negra, una camisa de cuadros y mis Vans negras.
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Cuando ya estoy vestida y arreglada bajo hasta la cocina en donde se encuentra mi madre guardando cosas en los cajones. ¿No se cansa de arreglar cosas?
—Mamá me apetece salir, iré a dar una vuelta por ahí— digo acercándome a ella.
—Sí, hija. Me parece una estupenda idea, deberías hacer amigos para que no te sientas sola. Ten cuidado y avisa cualquier cosa— dice ella dándome un beso en la mejilla.
—Sí, mamá. Gracias— respondo con un poco de desgana cuando me ofrece unas galletas—. Están deliciosas— digo forzando una pequeña sonrisa, después de darle un mordisco a una de las galletas.
Y así es como salgo de casa, con unas cuantas galletas en la mano y sintiendo a medida que voy caminando cómo me voy desmoronando.
No sé qué pensar ni qué sentir, solo ha pasado un día y ya quiero regresar para abrazar a mis amigos y a mi familia, y claro, a mis gatos. Los extraño, pero solo es un día, no puedo regresar tan rápido. Pero en lo que tenga oportunidad me iré, me iré sin mirar atrás.
Puedo resultar ser un poco pesada con esto de querer regresar, pero cuando una persona está renuente a tener que pasar por cambios tan grandes como estos...No sé, es difícil de sobrellevar.
Yo no soy de esas personas que encajan en cualquier lugar y mucho menos soy de esas que se esfuerzan por encajar sea como sea en algún grupo. Soy de esas personas que cuando no encajan en un lugar lo dejan estar y se refugian en sí mismas. Lo sé, es deprimente, pero así soy.
Yo no soy de esas que va por ahí en busca de amigos por hacer, de presentarme ante cualquier persona, conversar para caer bien e integrarme. Yo soy más de esas que se cierran a las personas, no soy muy expresiva, no me gusta hablar de lo que siento y diría que hasta soy muy poco comunicativa, a menos que sean personas de confianza las que me rodean. Sin embargo, soy igual con ellos, con esas personas cercanas, solo que trato de controlarme, porque no me gusta hacer sentir mal a la gente que me rodea y mucho menos que sea por mi comportamiento distante.
