Nunca Olvidarás ESTONIA

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Cassie era una persona muy conciliadora, sabía que ella volvería a esa casa tan intrigante del vecino. Hasta las flores parecían más interesantes que el internet o las novelas de la tarde. Cuando llamamos a la policía nadie pensó en Sergey, hasta que la madre de Cassie recordó a un hombre que preguntó por ella cuando ambos estábamos de viaje. Subimos al cuarto de mi amada y claro, encontramos un sobre lleno de flores y una carta que reflejaba un trastorno por ella. Antes de partir su madre recordó que ella no estaba muy bien y que ella había entrado a la casa, pero nadie supo nada más.

Entonces decidimos visitar la casa del frente. La policía estaba preparada para descubrir una aventura amorosa prohibida quizás o un asesinato en el barrio. Decidí acompañarlos. Su madre esperaba al frente abrazada a su marido.

Cassie, pensaba mientras recorría la casa de Sergey. Entonces observé un bolso encima del sofá del primer piso. ¡Por Dios! grité, que creo que los padres escucharon en la casa del frente. ¡Es el bolso de Cassie! Los policías me advirtieron no tocar nada aún. Miramos los tres al mismo tiempo hacia el segundo piso, algo nos decía que lo que encontraríamos no era bueno.

Recordé las palabras de Cassie en el canal de invierno, nos amábamos, debíamos estar juntos y pensar en que la vida se podría esfumar ahora , en ese momento, me parecía ilógico.

Me percaté que los policías eran expertos, silenciosos en subir los peldaños, me señalaban con la mano cuando debía detenerme, yo iba entre los dos, puesto que sin duda, al aparecer alguien detrás de mí, todo se acabaría. Y la misión sería fallida. Llegamos al segundo piso, sin pista de movimiento. Entonces... Uno de los policías dijo en voz baja "Hay sangre, mucha sangre, que sale de la puerta de la esquina".

En ese momento, quería correr, empujarlos y saber si ella estaba allí. Pero no me dejaron. O todo saldría peor. Antes de ir al cuarto de la esquina, nos dimos cuenta que en el primer cuarto, no había nada fuera de lo normal, estaba todo en su lugar y sucio, lleno de polvo. Era el cuarto de la madre de Sergey. Entonces seguimos juntos al segundo cuarto. Vacío, completamente vacío. (Qué extraño pensé). El último cuarto de esa pared era el baño.

Estaba todo lleno de sangre y agua, y ropa de cambio que recién alguien se había sacado. La tina estaba llena de agua y sangre. Alguien había tomado un baño. Entonces vi algo que yo conocía, un pañuelo de Cassie, que yo le había comprado en el aeropuerto de Rusia antes de partir. ¡Por los cielos! grité y nuevamente los policías me pidieron no tocar nada. "Ese es de ella, les dije, yo se lo regalé". Uno de ellos intentó calmarme y me preguntaron si quería entrar al último cuarto. "Si, necesito saber si está allí."

Respiramos hondo antes de mover esa puerta. Nos colocamos unos guantes de color negro, para evitar intervenir en alguna huella de evidencia. Entonces mis ojos vieron lo que nunca esperé. Cassie estaba encima del sofá sentada como si un sueño profundo la hubiera atrapado, con esa piel blanca que conocía. Su cabello cubría su rostro, sus manos estaban pegadas a las manos de Sergey, entonces percaté que ella tenía el vientre con sangre y una cuerda amarrada en su boca que formaba una herida profunda. La sangre del baño sin duda era de ella. Sergey estaba limpio, él se había bañado, se había dado el tiempo de despedirse a sí mismo y ver sufrir a mi querida amada Cassie.

El policía me pidió salir del cuarto para llamar al equipo forense, yo quedé mal luego de la escena, mientras caminaba para bajar la escalera, no sé qué sucedió luego, al parecer no soporté la magnitud del crimen, tan bien planeado.

El policía me pidió salir del cuarto para llamar al equipo forense, yo quedé mal luego de la escena, mientras caminaba para bajar la escalera, no sé qué sucedió luego, al parecer no soporté la magnitud del crimen, tan bien planeado

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