escena

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2:30 am
Ella ríe bajo el cielo estrellado.
Sus pies mueven ligeramente el agua y su sonrisa parece eterna.
En su casa siempre hacemos de las nuestras, somos libres.
Fumamos a hasta hartarnos y bebemos un poco más de lo justo.
Solo ella, yo y el silencio de la noche. Me siento tan seguro a su lado, tan protegido...
Ella calma su risa y se voltea hacia mi, sus ojos acarician mi alma y su mano mi mejilla. Toma una pitada y deja salir el humo lentamente, sin fuerza, solo la justa, al final.
Me sonríe y contesto el gesto, tomo una pitada y siento mis latidos calmarse instante, libero el humo y me acerco a sus labios, ella hace lo mismo, sin precipitarse, y apenas los rozo, me olvido de todo.
Me olvido del mundo, de las personas, de los problemas. Ya no existen...
Solo somos ella y yo.
Al separarnos ella ríe suavemente y toma otra pitada, exala el humo y se sumerge en el agua de la pileta, salpicandome por completo y apagando los cigarrillos.
Reímos y prendo otro; ella toma cerveza y con la mano mojada agarra su teléfono y pone música.
Suena 505 de AM y ella baila lentamente sin quitar los ojos de mi, en intervalos, bebe y me sonríe...
No puedo dejar de mirarla, es como una hipnosis.
Termino mi cigarro y me pongo en pie, sin pensarlo dos veces, me tiro al agua mojando todo, ella ríe y la música termina, dejando solo su voz en mis oídos y el sonido del agua en movimiento.

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