VI

10 2 3
                                    


Al llegar a casa, mamá me castigó por no haberla obedecido con respecto a la cantidad de personas que irían a comprar el vestido.

-Pero han sido dos personas, yo y Amanda.

-Te dije que irías a comprar conmigo.

-Pero he ido con Amanda, mamá, no te pongas celosa.

-No estoy celosa y ya basta de tanta habladuría y déjame ver el vestido.

Le mostré el vestido y ella se quedó estupefacta.

-Wow - fue lo único que ella pudo decir

-Está bonito ¿Cierto?

-No, por eso tenía que ir yo - me dijo mientras se miraba en el espejo pegándose el vestido a ella - Lo voy a usar yo e iremos a comprarte otro vestido a ti.

-Mamá, por favor, no seas jodida.

-No lo soy, solo quiero que mi hijita vaya bien vestida - dijo mientras me jalaba los cachetes.

-Mamá, dame mi vestido - dije dándole énfasis a mi y extendiendo mi mano para que me lo entregara.

-No

-Mamá, no seas caprichosa.

-Yo voy a usar este.

-Mamá, dámelo o te sigo por toda la casa hasta que me lo devuelvas y le digo a papá que no me quieres dar mi vestido.

-Ok, está bien, pero solo porque no quiero correr.

-Además, no estás invitada a la fiesta.

-De todos modos, iré.

-Mamá, es una fiesta para estudiantes y tú hace rato pasaste esa etapa.

Me entregó el vestido y se fue a la cocina, yo en cambio fui a mi cuarto para escuchar algo de música.

Estaba echada en mi cama, había sido un día largo de compras y de comida en abundancia, y lo único que quería era descansar, pero me era imposible, había puesto en mi celular música y al parecer esta solo me llenaba de recuerdos, recuerdos que invadían mi mente como parásitos de mi memoria, todo era confuso, habían preguntas sin respuestas, tantas cosas por aclarar, sentimientos que todavía te hacían sentir ese revoloteo de mariposas en el estómago o la sensación de que se te encoge el corazón.

Sin darme cuenta, empecé a llorar, ¿cómo era posible eso?, si se suponía que ya no me importaba, ya pasaba de él para centrarme en mí y en nadie más.

Pero aún recuerdo su forma de hablar, es más siento que me está hablando ahora mismo; su mirada, su manera de caminar, su voz, la forma en que canta; lo extraño, extraño la manera en que me abrazaba, la manera de besarme, pero no el beso de la última vez ese lo olvidaría un millón de veces; sin embargo, creo que lo odio y amo a la vez es como miserable y mágico al mismo tiempo: incompresible.

Solo quiero olvidarme de él. Llevo dos días viéndolo y ha sido un poco difícil. Con él, siempre es difícil, lo quiero y eso está de más decirlo, pero como lo dejo de querer, esa es la gran pregunta y hacerlo, un gran reto.

__________________________

VOTEN Y COMENTEN <3

Sin SoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora