cap 6

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Me desperté de repente. Rubius me abrazaba y no sabía lo que estaba pasando. Había mucho humo y estaba oscuro. Tenía miedo...
Tardé en recordar lo que había pasado ; la tortura, etc, pero no sabía cómo había acabado allí. Aún estaba medio dormida cuando una voz fuerte terminó de espabilarme.
- ¡ FELICIDADEEES! ¡HABÉIS DESPERTADO AL MEJOR DIOS DE TODOS, QUERIDOS MENSAJEROS!

Rubius y yo nos sobresaltamos y vimos a un tipo bastante alto , de aspecto divertido y con una barba oscura con picos  justo antes de llegar al mentón, que calculé que rondaría los veinticinco años. A su lado había un chico de más o menos mi edad, con una gorra de Deadpool y la misma sonrisa que su compañero.
- ¡ Eh ! ¡ Esa es mi gorra! -exclamó Rubius.
- En realidad no. Es que tengo los mejores artilugios de YouTube.  - dijo el chaval-  es lo que tiene ser el Anfitrión de un dios.
- ¿ El qué?
- Un Anfitrión. Cuando un dios de los nuevos necesite representarse en la Tierra, a menos que deba usar sus poderes su Anfitrión puede bajar en su lugar. También me ocupo de ayudarle en cualquier tarea, batalla, lo que sea. - Me fijé en que llevaba una placa en la chaqueta con el nombre de "Luis Junior".
- ¿ Y eso? - pregunté, señalando la placa.
- Ah, sí. Es para que me distingan del Luis normal, aunque a él lo llamen Zellen o Zellendust.
- Que, por cierto, soy yo. - dijo el de la barba - Zellendust, encantado. Dios del Terror y de lo Absurdo. Aunque también puedo controlar cosas de YouTube. Gracias a que ambos fuisteis torturados con vuestro mayor terror y uno de vosotros es Mensajero de YouTube, pude despertar. No siempre los dioses nuevos han de ser despertados con un ritual, a veces con ocasiones como éstas basta. Yo os saqué de allí.- dijo Zellen -Aguantásteis mucho, chicos. Lo hicísteis muy bien. - Tenía una sonrisa en la cara que indicaba que estaba orgulloso de nosotros.

-¿Dónde está el resto del campamento?-Pregunté. Recordaba vagamente lo que había pasado desde que empezó la tortura. Rubius estaba...distinto. Su pelo se había vuelto en parte blanco, y su mirada estaba cansada. Parecía que se quería poner a llorar.
-Ahora no os preocupéis por eso-Dijo Zellen- Están bien, huyeron la mayoría y ahora están a salvo. Pero, chicos, aunque sea el primer Nuevo Dios al que habéis despertado, aún quedan muchos; hay que ponerse manos a la obra. Yo os ayudaré en lo que pueda, pero he de quedarme escondido por un tiempo, por lo menos hasta que mis poderes mejoren. Los tuyos también lo harán, Rubius, ya que eres uno de mis mensajeros. Estaré completamente desarrollado cuando Nuria me dé su placa.

En efecto, la de Rubius ya no estaba. Luis Junior nos dijo que debíamos descansar y arreglarnos. Debíamos estar preparados para ir en busca de nuevos Dioses.
Entré a una habitación. Estábamos en una especie de edificio abandonado, en medio de la ciudad. Me acerqué a un espejo y chillé. Mi pelo estaba distinto, al parecer Rubius no había sido el único. Mis puntas ahora estaban teñidas de un azul eléctrico tirando a morado en el lado derecho de mi cabello y en el otro lado eran de una gama de rojos que iban desde intensos a claros. Me gustaba mi pelo, pero se me hacía demasiado raro. Me duché, me puse lo primero que pillé (unos pantalones cortos y una camiseta, todo de estilo deportivo) y fui a cenar... o a comer, no sé. Zellen y su Anfitrión nos esperaban en un comedor.

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