Kardia se había levantado temprano para preparar el desayuno, además había quedado en ir a alguna cafetería con Manigoldo para platicarle sobre Dégel. Al pasar por la habitación de su hermano la abrió un poco para ver si él y Camus aun dormían y se llevó con la sorpresa de que ambos efectivamente dormían pero en una pose bastante comprometedora, pues Milo mantenía su cabeza en el pecho del francés y éste lo envolvía con sus brazos, Kardia imaginó que bajó la sábanas las piernas de Milo mantenían prisioneras las del otro y equivocado no estaba. Reprimió una risa juguetona y les tomó una foto para recordar el momento, cerró despacio la puerta y se dirigió a la cocina para comenzar con la preparación de los alimentos.
Los ojos de Camus se fueron abriendo poco a poco, soltó un bostezo e intentó moverse pero sintió un peso extra, abrió los ojos como platos al ver que el peso extra era el cuerpo de Milo que estaba prácticamente sobre el suyo, soltó un suspiro y se volvió a acomodar, después de todo si intentaba liberarse de aquel agarre despertaría al peli azúl. Sus mejillas se tornaron rojas al sentir las pesadas piernas del otro sobre las suyas, podía sentir la respiración del otro sobre su pecho y la calidez que provenía de éste, sus cabellos eran un caos pero aun así se veían hermosos, tan hermosos que más de una vez fue tentado a enredar sus finos dedos en las ebras azules del griego.
Miró hacia el techo para evitar caer en la tentación y entonces pensó en Surt, sus cabellos eran más cortos y gruesos, sin embargo eran suaves y se asemejaban al rojo imponente de las llamas, le encantaba acariciarle el cabello aunque a él no le gustará. No cabía duda, a pesar de haber pasado ya un tiempo lo extrañaba mucho.
"Lo necesito"
- Eres patético ¿lo sabías?
"Lo sé "
Respondió sin dudas mientras una traviesa lágrima se escapó de sus hermosos ojos, sin embargo la lágrima detuvo sus trayecto antes de llegar a la mejilla gracias a un dedo que se encargaba de secarla. Camus se asustó y miró a su amigo que lo miraba penetrante aun sobre su pecho.
-¿Por qué lloras?- quiso saber el griego mientras retiraba su dedo del suave rostro del francés.
-Por nada.- se excusó. - ¿Te desperté?
Milo negó con la cabeza y clavó sus orbes azules en los aguamarina del otro, Camus vio tanta pureza en aquello ojos que pensó en los de Surt, ellos jamás reflejarían aquello que los de Milo sí. Por primera vez en dos semanas Camus vio lo hermoso en los ojos de Milo, era como dos zafiros resplandecientes, como dos manantiales cristalinos, como dos faros que irradiaban luz, simplemente eran perfectos.
-¿Dormiste bien?- preguntó sin romper ese contacto visual.
-Yo debería preguntar eso, pero si he dormido bien.- hizo una pausa.- creo que es la primera vez después de cuatro años en que en verdad he dormido bien.
Sonrió, lo que provocó un leve rubor en las mejillas de Camus.
-Yo también dormí bien.- habló mientras cubría un poco su rostro con su flequillo.
-Viendo la posición en la que estamos creo que fui un poco molesto. - rió.
-¡No! De verdad, yo también he dormido bien.
"Realmente dormí bien, demasiado bien"
Pensó, ambos se miraron con complicidad y rieron a carcajadas, Camus pensó que tenía mucho tiempo en el que no se reía de esa manera, Milo paró de reír y miró sorprendido al francés.
-¿Qué?- preguntó sonriendo, pero su sonrisa se esfumó al tener al Milo a tan corta distancia, pues el griego se había acercado más a él y sus respiraciones chocaban, no pudo evitar sonrojarse.
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I'm Fine.
Fanfiction"I hate my life I hate love I hate people I hate everything I hate myself" Camus piensa que la vida es un asco y que no tiene sentido seguir con ella, siente que está en el fondo... Sin embargo éste chico nuevo le demostrará lo contrario.