Joder, son las 17:00 de la tarde, voy a quedar con Mark y no sé que ponerme. Estoy nervioso y no sé porque coño me pasa si solo es para ver al imbécil de Mark. Al final me he pongo unos pantalones azules cielo, una camisa blanca y una chaqueta negra, aunque estábamos en junio hacía frío. En mitad del camino me llegan unos mensajes:
• "Tai, ya he llegado"
A las 17:43 la Mery ya está allí esperando, esta niña o llega muy pronto o llega tarde.
• "Vale"
"Estoy en camino"
Al rato llego a la plaza.
- Mery estoy acojonado. ¿Y si empieza a putearme?, ¿y si le da por pegarme?
- Tranquilo. A lo mejor solo quiere tener amigos, a lo mejor quiere tener novio, a lo mejor quiere follar, a lo mejor ...
- MERY, YA.
- Vale, ¿donde me pongo?
- Eeeh, creo que en la viga de allí y me pongo yo aquí para que cuando venga no mire hacia tu lado.
- Voy
Ya son las seis y diez y estoy muy nervioso. Se me hace muy raro hablar con alguien que no conozco estando yo solo con esa persona. Cuando me pongo nervioso necesito moverme, sino lo llevo peor. Me pongo de cara a la pared para relajarme un poco cuando de repente una voz suave cerca de mi oído derecho me dice:
- Hola sensual
- Ay, hola, ¿has dicho sensual?
- Si, es que no sabía que decirte
- Bueno, ¿como es que te ha dado por disculparte?
- Porque no me gusta ser tan borde como soy y además me gustaría tener algún amigo.
- ¿Por qué quieres tener amigos ahora que hemos acabado todo?
- Porque no quiero estar solo, si empiezo la universidad no conoceré a nadie, si no voy tampoco tendré amigos.
- ¿Y por qué yo?
- Porque eres el único no tiene miedo de decir lo que piensa.
- ¿Y quieres que te diga que un puto borde?
Esa pregunta le hizo sonreír.
- No, pero me encanta que sean sinceros conmigo.
- Vale. ¿A dónde vamos?
-Vamos al McDonald.
Según vamos en camino le hago un gesto a Mery para que nos siga. Ya al llegar al establecimiento le digo:
-Vamos a la parte de arriba.
Mientras subíamos las escaleras esperaba que no hubiera mucha gente, más que nada porque aquí suele haber mucho niñato.
Para mi sorpresa no había nadie, estábamos solos. Yo iba delante de Mark para coger el sitio que más me gustara cuando pisé un trozo de helado derretido y me resbalé. Mark me cogió a tiempo, agarrándome por la cadera con sus manos y quedando a metros de su cara. Es guapísimo ( a mi gusto ). Cuando me di cuenta me puse rojo a más no poder.
- Casi te caes, idiota.
Me solté rápido de sus brazos.
- Vamos a sentarnos
Me senté en una mesa al lado de la pared, en la parte en la que los asientos son de madera, era muy largo para que se sentara la gente en otras mesas cercanas. Mark se sentó a mi lado, casi pegado a mí, pensé que se iba a sentar enfrente como se hace normalmente pero no, me sorprendió y me enrojecí.
- ¿Dijiste que me invitabas a lo yo quiera, no?, pues quiero dos hamburguesas, de las grandes.
- Vale, ahora vuelvo.
En lo que él bajaba subía Mery. Se sentó en una mesa lejana a la nuestra pero tenía una visión perfecta sobre nosotros. Le dije desde mi mesa:
- Has tardado
- Lo sé, estaba pidiendo algo de comer, que si no sería muy raro. ¿Que te ha dicho?
- Que quiere tener amigos y por eso ha querido quedar conmigo.
- Ya, amigos...
- Que no quiere nada sexual, pesada.
Justo se oían la pisadas de Mark subiendo la escalera, con una bandeja y dos hermosuras para mí.
- Aquí tienes. ¿Te las vas a comer enteras?
- Y me quedaré con hambre.
- Madre mía, no parece que tú seas de los que comen mucho.
Menos mal que estaba comiendo porque no sabía de qué hablar. Al rato de empezar yo a comer le digo:
- ¿De que te gustaría trabajar?
Era una tontería de pregunta, no me interesa saber eso pero era por no estar callados.
- No sé, siempre me he visto viviendo feliz con mi pareja pero nunca me he planteado que hacer, a lo mejor psicología.
En lo que terminaba de hablar ya me había comido una hamburguesa y estaba empezando al otra.
- Joder que rápido comes.
- Ya lo sé.
- ¿Sabes?, no la había fijado que tienes unos ojos tan bonitos. Son azul claro y en el centro son verdes, son preciosos.
Me lo dijo a pocos centímetros de mi cara, cada vez estaba más rojo y no sabia que hacer.
- Vamos a otro lugar.
- Vale, pero una pregunta antes. ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa hoy?
¿¡QUE!?, ¿¡por qué me dice esto ahora, solo nos conocemos de hoy!?
- ...
- Lo digo porque viene mi hermana hoy a mi casa y no me llevo nada bien con ella.
- Le preguntaré a mis padres.
Justo me envían un mensaje, es mi madre ( qué casualidad ) y me pone:
• " No vamos a estar en casa hasta pasado mañana, tenemos que ir a una boda en otra ciudad, te dejo en casa toda la comida hecha hasta que volvamos"
- Puedes quedarte, mis padres no están.
Nos quedamos ahí hablando hasta las ocho de la tarde, y teníamos mucho en común, la verdad es que era muy simpático y me estaba cayendo genial. Mery estaba detrás y me estaba mirando como si quisiera que la matara, estaba harta de estar ahí. Le diré que se vaya por un mensaje mientras habla Mark.
• "Mery puedes irte a casa, es muy simpático. Mañana te cuento."
• " Vale, ten cuidado que no me fío mucho de él"
Un poco después de irse Mery del lugar le digo a Mark:
- Se hace un poco tarde, vamos a mi casa.
- Vale. Oye no tengo ropa para dormir en tu casa.
- No te preocupes, yo te dejo.
La verdad es que estaba muy cómodo a su lado, me hacía reír bastante y eso me encanta. Por fin en casa. Vivo en un tercer piso y en el ascensor notaba que estábamos demasiado juntos pero no me importaba. Nos pusimos a cenar una pizza que había encargado Mark porque sentía que me lo debía después de lo de ayer aunque no hiciese falta. Los dos fuimos a mi cuarto para cambiarnos. Yo me puse lo mismo que ayer, total estaba limpio. A Mark le di una camiseta blanca y un pantalón corto de cuadros que le quedaba mejor que a mí. Ya eran las diez y media y se había quitado el sol.
Mi cuarto era un poco pequeño, a la izquierda tenía una mesa con una tele la play4, enfrente tenía las ventanas, una mesa redonda pequeña y un mini-sillón para de una plaza, a la derecha y pegada a las paredes mi cama. Nos sentamos en ella para hablar. Estábamos muy cerca y las luces de las farolas adornaban mi habitación.
- Mark, si no tienes amigos, ¿tampoco has teñido novia?
Se quedo un momento callado, me miró fijamente y me besó en los labios con ternura.
Al separarnos yo le miraba sorprendido y él me dijo:
- Nunca he tenido ni novia ni novio, de pequeño se reían de mí porque sabían que me gustaban los chicos y no confiaba en nadie hasta hoy. Hasta que llegaste tú y supe que eras gay.
- Pero ...
Esta vez me agarró de la cintura, me subió encima de su piernas cruzadas y me volvió a besar, esta vez apasionadamente. Joder, me había dado mi primer beso, y era increíble. Nos separamos de nuevo pero quedando muy cerca de nuestras caras.
- Estás muy guapo con ese pantalón corto.
Yo no sabía que hacer ni qué decir, así que lo besé de nuevo. Al terminar el beso me tumbó en la cama y se puso encima de mí.
- Tai, eres tan ...
Me miraba con deseo, mientras me acariciaba el cuello. No encontraba la palabra que quería soltar así que optó por decir:
- ¿Dónde voy a dormir?
- Tenía pensado en que tu aquí y yo en la cama de mis padres, pero si quieres dormimos juntos.
- Perfecto.
Me levanté y bajé las persianas hasta dejar que entrara poca luz para que no nos molestará la claridad por la mañana, puse el aire acondicionado y me tumbé de nuevo. Mark se tumbó a mi lado, abrazándome por la cadera.
-Buenas noches- dijo él
- Y tan buenas- dije sonriendo.
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Solo el tiempo nos juzga.
Teen FictionEsta historia narra la vida de Tai, un chico al que lo único que le atrae de la vida es lo desconocido, eso a lo que muchos temen. Por desgracia tiene una vida corriente y sosa que se replantea cada día.