Slave - Yoonmin

Capítulo tres

-Al fin vuelvo a verte, mi amada.- casi gritó Taehyung tirándose a su cama. Jimin rió.
-Pensé que nos iban a golpear a nosotros también.- se lamentó el chico de curvas.
-Si haces lo que dicen no te harán daño, ella siempre ha sido rebelde, me asombra que aún no haya desaparecido. Ahora deja de sentirte mal por los demás y duerme.- el menor apagó la lámpara que reposaba sobre la pequeña mesa de noche.
-Tae...- susurró Jimin.
-¿Hmm?- murmuró el otro sin abrir sus ojos.
-¿Puedo dormir contigo?
-¿Qué dices, Jimin?, duerme ahí. No entramos ambos en la misma cama.
-T-tengo miedo de que me hagan algo mientras esté dormido.
-¿Y dormir conmigo te salvaría de los monstruos?- respondió burlón Taehyung.
-No, pero si vienen por mí también te atraparán a tí y moriremos juntos.- saltó a la cama del otro y comenzó a meterse bajo las sábanas.
-Uhg Jimin, quédate quieto.- dormir con el mayor moviéndose era imposible. Taehyung yacía acostado boca arriba, Jimin lo abrazaba como si fuese un peluche gigante.- Si supieras por todo lo que te tocará pasar, mi querido Minnie.- se removió un poco, cerró sus ojos y, como todas las noches desde que estaba ahí, dió paso a que lágrimas saladas mojaran sus mejillas.

                        ***

El reloj marcó las diez, lo que indicaba que la reunión con el embajador chino había terminado. Min se despidió del hombre mayor y salió casi corriendo de la oficina, afuera sus asistentes esperaban alertas.
-Señor su pri...- su asistente intentó hablarle. Yoongi pasó caminando tan rápido que ni se percató de la muchacha parada en el medio del salón.
-¡Yoongi! ¡Min Yoongi!- le gritó una voz femenina. El nombrado ignoró las palabras y siguió su camino.- ¡Mocoso, detente!
-¿Quién te crees pa...- el joven Min giró sobre su eje a la vez que hablaba, pero se quedó mudo cuando vió a la persona frente a él.
-Soy tu prima favorita, ¿Quién más podría ser?- corrió a abrazarlo.
-Oh, Hyo Jin. Me hacía tanta falta tu compañía.- admitió Yoongi.
-También te extrañé, mi pequeño Suga.
-Ahora tengo una reunión en la sala de conferencias, la puedo posponer si quieres.
-Termina con tu trabajo, saldremos luego. Vine a pasar unos días aquí hasta la boda de mi madre, hay mucha gente haciendo cosas en la casa y me sentía agobiada.
-Esa es mi oficina, siéntete cómoda. Puedes pedirle lo que necesites a ellos.- llamó a sus asistentes.- La dejo a sus cuidados, ella es mi prima, trátenla como se debe.- dijo refiriéndose a los empleados. Se despidió y caminó hasta la gran sala de reuniones, los otros tres entraron a su oficina.
-No se preocupen por mí, vayan a hacer sus cosas. Esperaré aquí a Suga.- les habló Ahn Hyo Jin.
-¿S-Suga?- se atrevió a preguntar Jihoon.
-Es el apodo que le hemos dado a Yoongi, ¿No es realmente parecido a un terrón de azúcar?, simula tener una consistencia dura por fuera pero en el fondo su corazón es blando y está lleno de dulzura, y su tez blanca también lo asemeja.- le explicó la joven al secretario.
-Está en lo cierto, señorita. Si nos disculpa, nos retiramos.
-Encantada de conocerlos.- agregó sonriente.

*Tres horas más tarde*

-¡Al fin hemos terminado, señores!- proclamó el presidente de Shin Hwa.
-¡Estoy realmente ansioso por almorzar!- gritó la persona que estaba sentada a su derecha.
-Yo también necesito ingerir alimentos.- habló el representante de SK Telecom.
-Muero de hambre.- acotó el de SK Holdings. Otro respondió algo en forma de broma y todos rieron, Yoongi deseaba ser invisible para escapar de ahí.
-Ustedes vayan yendo al restaurante, yo debo hacer algo antes, permiso.- Min se levantó rápidamente de su silla y se dirigió a su oficina.
-Discúlpeme por tardar más de lo debido, mi señora.- entró haciendo una reverencia hacia su prima. Ésta rió.
-Min Yoongi sigues siendo el mismo niño de hace diez años.
-He cambiado, Elsa.- utilizó el apodo que le había dado cuando eran pequeños.
-Lo he notado, tu cabello alborotado y las ojeras bajo tus ojos indican que el trabajo te está exprimiendo.
-Realmente si. En este momento tengo un almuerzo con los mismos hombres de la reunión, ¿Vienes?
-¡Por supuesto!- la joven saltó de su asiento, tomó su abrigo y salieron. Subieron en el gran auto de Yoongi y se marcharon.