La vida amorosa de una idiota

Macarrones.

No entiendo como un día puedes hablar con una persona sobre cosa lindas, que te erizan la piel y que te calientan el pecho, e incluso llorar con lagrimas amarillas, esas que expresan felicidad y amor, y de la nada otro día hablar sobre cosas que duelen y sentir un vacío en tu ser, llorar esas lagrimas azul oscuro que demuestran el dolor de un amor.
Intente de muchas manera encontrar un sentido a esto, y encontre una forma de explicarlo, claro que solo lo hare ver como es mi punto de vista, por lo cual puede no ser el más correcto o el más preciso.
Un día asistimos a una fiesta, era la hora del té y las personas colocaron los aperitivos en la mesa principal, al acercarme a la mesa para dejar los macarrones que habia preparado te vi con plato en mano e intentando elegir un postre, te salude y saludaste igual, coloque el aperitivo en la mesa y te invite a tomar los que quisieras, expresaste que no podías elegir entre los distintos postres, los pasteles se veían buenos y las galletas tenían un olor increíble y estabas dudando. Los postres se fueron acabando dejando casi todas las bandejas vacías, ya no habia galletas, quedaba una rebanada de pastel y una de tarta de manzana, pero los macarrones seguían intactos, aunque algunos estuvieron apunto de tomar alguno siempre al final del camino lo dejaban antes de ponerlo en su plato. Yo seguí parada frente a los macarrones, no habia tenido oportunidad de tomar nada, intentaba hablar de cualquier cosa contigo, el clima, la política, lo que fuese, pero seguirás dudando, te ofrecí amablemente mis macarrones por quinta ocasión, no parabas de decir que parecían deliciosos y que olían de maravilla, comentabas que seguro y llevarias toda la bandeja, pero no tomabas ninguno, entonces me acerque a los macarrones y los tome, con el plan de llevar la bandeja a mi lugar en la mesa de té y guardarlos en la cajita de moño rosa, pero tu seguias dudando y diciendo que los macarrones era una opción, la mejor opción (asi lo dijiste). Pasaron algunos minutos más y te dije que llevaria los macarrones a mi lugar en la mesa para guardarlos ya que no habían tomado ninguno y el té ya están servido, pero tu al ver que los tomaba dijiste "¿no quieres que tome un macarron?...", te pregunte si ya habías elegido y contestarte que no, supuse que entonces no querrías un macarron, pero seguias insistiendo, entonces cuando por fin estaba por decir mi propuesta de dejar los macarrones en la mesa hasta el final de la velada tu dijiste con un tono desanimado "esta bien, dejare de molestar...", y me di cuenta, te habia presionado demasiado, queria que tuvieras uno de los macarrones que con tanto amor había preparado, pero no te espere y te heri, "no, no, dejare la bandeja aqui, no es un problema", pero ya no estabas escuchando. Todo el amor que había puesto en los macarrones se había desperdiciado, nadie tomo ni uno solo, incluso a mí me parecieron amargos después de el insistente, pense en salir de la fiesta, huir, había tenido miedo de entregar mi amor y ahora estaba en la mesa de té completamente sola, con 17 macarrones amargos y los ojos llenos de lagrimas color azul oscuro.
Cuando la velada termino me levante se mi asiento y limpie mis lagrimas, nunca había llorado tanto al iniciar el año, pensaba en muchas cosa al caminar a casa pero en lo que más pensaba era en él, agradecía el que no hubiera probado ningun macarron pues estaban amargos y también esperaba que él no tuviera que llorar esa noche.
"Los macarrones que habia preparado estaban amargos, y no merecían mezclarse con nuestros recuerdos de la adolescencia, aquellos recuerdos con sabor a dulce y miel...

Aunque estoy segura de que aunque no los hayas probado, tu ser resivio la amargura de mis palabras ésta noche."

Lo siento.
Aun no comprendo el amor...