¿Alguna vez han estado en un establo normal, lleno de caballos? ¿O han ido a una caballeriza? ¿Recuerdan ese olor extraño y un poco incómodo que las caracteriza? Bueno, multipliquen eso por mil. Los establos de pegasos del campamento olían peor que eso.
No sé si tenía algo que ver con que los pegasos eran seres míticos, pero el establo olían mil veces peor que un establo de un caballo normal, y déjenme decirles que estoy muy acostumbrado porque tengo familia con establos en California. Así que, el que estos establos afectarán mi sentido del olfato hasta el punto de ser insoportable, es mucho decir.
Cómo me lo había imaginado, y de seguro también el resto de mis hermanos y hermanas, Quirón nos había dado un trabajo tedioso y asqueroso en forma de castigo, pero al menos no era tan cruel como lo que les tocó a los de la cabaña de Hermes. Preferiría mil veces pasar mi día limpiando los establos que estar a la merced del Sr. D, obligado a obedecer cualquier cosa que se le antojara calificar como castigo. No, gracias, prefiero vivir.
Mientras el sol se ponía en el horizonte, dando paso a la helada noche, terminamos de limpiar los establos.
Justo cuando lanzaba la última pala de desechos de pegaso en la montaña que habíamos acumulado todos a lo largo del día, Austin me sorprendió lanzándome una botella de agua, la cual recibí gustoso y agradecido.
No había hecho mucho frío en el día, afortunadamente. Pero se empezaba a sentir el frío de la noche acariciar con su aire helado, poco a poco bajando la temperatura hasta casi llegar a bajo cero a media noche, como pasaba la mayoría de las noches de invierno.
Una vez que todos hubimos devuelto las herramientas de limpieza y desecho de la suciedad de los pegasos, todos nos juntamos fuera de los establos, terminando de beber nuestras botellas de agua.
—Antes de que vayamos a cenar —comencé con mi discurso de ánimo, aplastando mi botella de agua entre mis manos y guardándola para tirarla a la basura más al rato—, solo quiero decirle a todos, ¡buen trabajo! Sé que nadie está de acuerdo con el castigo que nos impuso Quirón —mis hermanos y hermanas suspiraron y gruñeron en afirmación—, pero deben de entender que lo hizo porque algunos —dije remarcando la palabra y mirando a los que nos habían metido en este problema (Alex, Sofía y Oliver, los más pequeños y por lo tanto los más pillos)—, no cumplieron con su palabra y metieron a toda la cabaña en sus asuntos personales. Por Apollo, chicos, ¿Qué les hemos dicho desde que llegaron al campamento?
—No se metan con los hijos de Hermes ni de Ares —respondió Sofía en voz baja, apenada, con sus mejillas ardiendo por la vergüenza.
—Pero tienes que aceptar que el trato que nos ofrecieron los de Hécate era mejor que el de los de Hermes —agregó Alex con su tono de tengo-12-años-y-lo-sé-todo, subiendo sus gafas que se resbalaban por el puente de su nariz.
Kayla me evitó la molestia de contestar al darle una palmada a la cabeza, susurrando "Cállate, que por su culpa tragamos agua de inodoro".
—De todas maneras, que esto les sirva como ejemplo de qué sucede cuando rompen su promesa con algún hijo de Hermes. Espero que no se vuelva a repetir porque no creo que nadie aquí quiera volver a limpiar los establos, ¿o sí?
La pregunta estaba dirigida principalmente a los tres renacuajos con cabezas gachas en medio del circulo. Sabiamente, los tres negaron con la ceniza y murmuraron un "No, lo sentimos".
El sonido del cuerno que anunciaba la cena retumbó a lo largo del campamento, llamando mi atención.
—Muy bien, ahora, ¡todos a comer!
Como era de esperarse, Quirón habló de lo que pasó la noche anterior, de que cada cabaña había recibido su propio castigo y que si volvía a pasar algo así, cancelaría el proximo captura la bandera. Obviamente, todos sabíamos que eso no pasaría, pero igual tomamos en serio lo de tratar de evitar que el malentendido se volviera a repetir.
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Durante Un "Captura La Bandera" | Solangelo
Fanfiction«Will Solace tendrá diez días para hacer florecer lo que ha cultivado por tantos meses entre el antisocial, amargado pero al mismo terriblemente adorable Nico di Angelo y él. El hijo de Apolo se ha propuesto una meta, y hará hasta lo imposible para...