Durante Un "Captura La Bandera" | Solangelo

Día 10 (Parte 1)

(No tengo ninguna foto para este capítulo así que disfruten de cute solangelo otra vez)

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La primera buena noticia de ese viernes me la dio Kayla apenas me desperté.

—He decidido ser una linda hermana esta vez —indicó poniendo una mano sobre mi hombro y mirándome altaneramente, haciendo pasar como si estuviera en un rango superior al mío—. A pesar de que la venganza es dulce, y de que te mereces pasar todo el día y la noche en la enfermería por dejarme sola la mayoría de las noches de esta última semana y la anterior, te revoco el turno nocturno de hoy.

Parpadeé varias veces, tratando de despabilarme del sueño, y enfoqué mi mirada en mi hermana. Luego alcé una ceja, con mis ojos entrecerrados y la miré desconfiadamente.

—¿Cuál es la trampa?

—¿Qué trampa?

—Debe de haber una trampa, de otra forma no estarías siendo tan buena conmigo —Aunque sabía que eso no era cierto.

Así era nuestra relación de hermano y hermana. Los dos nos quejábamos de como ambos abandonábamos al otro en los turnos nocturnos en la enfermería, aunque sabíamos que al otro no le tocaba ese día. También cambiamos nuestros turnos a cada rato sólo para molestar al otro y siempre nos seguíamos la corriente. A pesar de que yo era el único, junto con Austin, con el que Kayla se comportaba como la hermanita pequeña que nunca pudo ser (aunque sólo era menor por menos de un año), y con el resto del mundo se comportaba como una joven adulto responsable, madura y amable, la relación entre nosotros tres era las más fuerte que jamás había tenido yo en mi vida, y eso que también tenía una hermana mortal.

Justo en ese momento, los ojos de Kayla se distrajeron por un segundo, moviéndose a la izquierda. Seguí su mirada rápidamente. Austin, quien como el resto de la cabaña se estaba preparando para empezar ese día y caminaban de un lado a otro, gritando y riendo, pasó al lado de nuestra litera, compartiendo una pequeña y corta mirada con Kayla. De seguro no se dieron cuenta de que había notado ese pequeño gesto, porque cuando Kayla regresó su atención a mi, fingió como si nada hubiera pasado, pero yo sabía que algo sí había pasado.

—No hay trampa —respondió con una sonrisa que, al conocer a mi hermana tan bien como yo la conocía, me dio miedo.

—Aja, haré como que te creo, hermanita.

Kayla se encogió de hombros, agarró una almohada que por alguna razón desconocida pero no sorprendente yacía en el piso, y me la aventó a la cara. Como ya estaba completamente despierto y alerta, mis reflejos lograron detener la almohada con las manos justo antes de que pegara contra mi rostro.

—Apúrate o llegaremos tarde al desayuno —se despidió Kayla antes de entrar a los baños con su ropa debajo de su brazo. Sabía que no era tan tarde como ella decía así que no tenía que preocuparme por eso.

Decidí ignorar esa sonrisita que mis hermanos compartieron entre sí y empecé mi rutina diaria antes de salir de la cabaña de Apolo.

El desayuno pasó sin nada nuevo ni interesante más que el hecho de que Nico no se veía por ningún lugar. Percy Jackson y Jason Grace estaban comiendo tranquilamente en la mesa de Poseidón, pero no había rastro del hijo de Hades por ningún lado. Eso me pareció extraño y me escribí un recordatorio mental de preguntarles acerca del paradero de Nico cuando acabáramos de comer.

Quirón nos recordó qué cabañas estaban aliadas con la cabaña de Hécate y cuáles estaban con la cabaña de Hefesto por última vez, y ahora sí puse atención. Sabía que los de Apolo estábamos aliados con los de Hécate, y no me sorprendió saber que al final los de Hermes se habían ido con los de Hefesto.  Dioses, tenía que empezar a prepararme psicológicamente para aguantar cómo estarían las cosas entre Lou y Cecil después del juego.