La Doctora A

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Llegué de nuevo a mi consultorio y ahí estaba ella esperando tranquilamente al otro lado del vidrio y sin saber lo que le esperaba. Antes de entrar, cerré los ojos, respire hondo y abrí la puerta
-¿Qué es lo que tengo doctora? ¿Lo confirmó con su colega?-preguntó ella inocente, la cosa es ¿cómo decirle a una persona que se enfermará terriblemente y al final morirá?¿cuál es la mejor manera para decirlo? Exacto, no hay una buena forma de decirlo-
-Eh bueno, créame cuando le digo que esto no es agradable para mí decirlo como para usted oírlo -digo-
-¿Qué quiere decir con eso? Me está asustando -dice-
-Le voy a ser sincera y lo voy a decir de la forma más clara y sencilla posible -ella asiente- según estas placas que usted me trajo, lo que usted tiene es Alzheimer -dije tratando de que la voz me saliera lo más firme posible-
-Bueno eso no está tan mal ¿no? Por su expresión pensé que era cáncer o algo así. Sólo se me olvidarán algunas cosas y ya ¿verdad? -preguntó aliviada-
-Bueno en realidad va mucho más allá que una simple enfermedad -contesté-
-Y entonces ¿de qué se trata? No entiendo -dijo confundida-
-Antes debo explicárselo todo -dije intentando que no me afectara, pero era muy difícil-