Las siguientes dos semanas se pasaron más rápido de lo que yo podía imaginar. Adam venía casi todas las tardes a mi casa a estudiar o ver una película y, simplemente, estaba enamorándome de él y su sonrisa perfecta. Marco ya no me molestaba y no me importaba si molestaba a Adam. Si, posiblemente estaba cayendo en otra de sus bromas de mal gusto, posiblemente el chico del que me estaba enamorando estaba compinchado con Marco para fastidiarme pero, no me importaba, Adam me llenaba y era lo que necesitaba en ese momento.
No volví a ver a Marco con Adam desde el día que pasó la noche en la celda, dejé pasar la llamada que Adam le hizo pidiéndole perdón porque, sinceramente, pensaba que mis ojos me pasaron una mala pasada y en realidad no hablaba con él.
Cogí mi mochila y salí de casa para dirigirme a la parada del autobús pero entonces, vi el coche de mi mejor amiga en mi puerta y se me escapó tal grito que posiblemente despertó a toda la calle. Entré en el coche y le di un abrazo.
-¿Donde estabas Dani? Llevas 1 mes sin móvil, sin aparecer por el instituto, ¿que estabas pensando? -Me separé de ella y se echó a llorar como si fuera una niña de 5 años y yo su madre regañándola. -¿Que ha pasado Dani?
Y entonces pude ver uno de los moratones que marcaba su muñeca al echarse las manos a la cara y pude comprender todo, casi todo.
-Dani, ¿quien cojones te ha hecho eso? ¿que hijo de puta te ha tocado? - mis esfuerzos por no gritar no servían de nada, no estaba enfadada con ella pero quería echarle la bronca por no haberme llamado antes.
-Lo siento mucho Sam, lo siento muchísimo -Dijo entre suspiros.
No sabía que pensar ni que decir, no sabía cuales eran las palabras adecuadas para que Dani dejara de llorar, para que me contara todo y dejara de preocuparse por lo que haya pasado. No sabía como actuar en ese momento pero mi amiga me ayudó.
-El primer día de instituto no entré a clase, pudiste darte cuenta, fui..-Dio un largo suspiro y agachó la cabeza intentando no volver a llorar.
-Tranquilízate Dani, por favor -Le intenté acariciar la mano y antes de que se la rozara ya la había quitado del volante. -Entremos en mi casa y allí me cuentas todo mejor, voy a prepararte una tila.
Ambas nos bajamos del coche y entramos en mi casa, nos metimos en la cocina y puse una taza de agua a calentar para hacer tila. Ahora mismo necesitaba yo otra. Me senté en la silla al lado de mi mejor amiga y la miré pidiendo que continuara su historia.
-Fui a casa del chico que me acompañó a recogerte, ¿te acuerdas de él? -Asentí. Ese chico no me daba buena espina. -Se llama James y le conocí dos días antes de eso. -Dani dio un largo suspiro y a mi ya me daban ganas de llorar de la impotencia por no haberla ayudado. -Llegamos a su casa y todo iba genial, me preparó el desayuno y entre beso y beso pues, terminamos en su cama. Sam, no sabes como me gustaba ese chico, sentía que después de tanto tropezarme había encontrado al adecuado pero, no podía estar mas equivocada..-Bajó la cabeza y tuve que interrumpirla.
-No tienes por qué preocuparte ya, ahora estas aquí a salvo, cuéntame que te hizo, todo irá bien.
-Ese día nos lo pasamos entero en la cama. Haciendo el amor no parecía nada agresivo, en ningún momento me pegó ni dijo que le gustará el rollo Christian Grey, y no pude sospechar nada de que fuera a tratarme así..-Se miró las muñecas enseñándomelas, el corazón se me partía con cada palabra que decía. - Al día siguiente pensé en ir a clase pero, me dijo que tenía una cosa preparada para mi y que quería enseñármela por la mañana, así que decidí no ir al instituto, total, era el segundo día de clase y todavía no se hacia nada allí. -El sonido del agua hirviendo la interrumpió.
ESTÁS LEYENDO
Tenías que ser tú.
Novela JuvenilSam es una adolescente tímida con una vida bastante movida que no ha encontrado nunca al chico que la haga feliz. En su último año de instituto algo cambia y conocerá el amor pero, ¿le conviene? Únete a esta pequeña familia y vive el verdadero amor...