Adam.
Llegué temprano al instituto esperando a ver a Sam y estar un rato con ella antes de que empezara la rutina de nuevo pero, no apareció en toda la mañana, ni rastro de ella. Quise mandarle un mensaje pero, al encender el móvil me di cuenta de que no tenía batería, me maldije a mi mismo por no haberle hecho caso y no cargar el móvil todas las noches.
La mañana sin su risa como banda sonora se me hacía eterna, estaba tan jodidamente enamorado de ella que dolía no verla. El mejor sentimiento de todo esto es que sabia que ella me quería, no por mi cara bonita, si no porque me conocía. Y es raro, si, llevamos menos de 2 meses conociéndonos pero sentía que todo mi mundo era ella.
Es extraño como una simple apuesta con un amigo haya podido convertirse en la razón por la que levantarte solo para hacerla feliz.
Marco la había destrozado por dentro, tanto que me ha costado reconstruirla, aun sigo intentando tapar todas las heridas que le dejó pero es difícil, y lo comprendo. No soy esa clase de chico que se enfada porque no haya olvidado a su ex, soy de los que hacen lo imposible para que termine olvidandolo, para que vuelva a ser feliz.
Aceptar esa apuesta había sido lo más estúpido que había hecho en mi vida pero, no me arrepiento, porque la quiero, la quiero mucho. Por el contrario, tengo miedo de que me deje cuando se entere de que esa mañana en el recreo me acerqué a ella por una maldita apuesta.
Intento excusarme de por qué hice todo eso pero, no puedo. Pero, si que es verdad que no sabia toda la historia de Marco y Sam, si lo hubiera sabido todo yo no habría jugado con sus sentimientos. No así.
El timbre indicando que era la hora del recreo me sacó de mis pensamientos, pensamientos que tengo cada día a cada hora.
Entré al comedor y la busqué por todos lados pero, seguía sin aparecer. ¿Dónde se ha metido esta mujer?
-¿Buscas a alguien Adam? - La voz de Stephanie me golpeó por la espalda y no pude evitar darme la vuelta.
-¿Dónde está Sam? - Tenía que preguntarle, ya no me fio de nadie.
-¿Qué Sam? - La forma en la que me hablaba me daba asco, nunca entenderé por qué le divierte hacer estas cosas. Puse los ojos en blanco y se acercó a mi. -No se donde está esa tal Sam, pero lo cierto es que tampoco veo a Marco por aquí..
-¿Qué le habéis hecho Steph? Dime donde está Samantha. -Me cabreaba la forma en la que estaba jugando conmigo. Si le tocaban un pelo se iba a liar muy gorda.
-Heyy, tranquilo cariño. Nosotros no tenemos nada que ver con que ella no esté aquí. -Parecía segura de lo que decía, pero era Steph, todo lo que salia de su boca era "seguro". - Pero, ¿sabes que podemos hacer?
-¿Qué? -Me daba miedo su respuesta, pero quería saber que le pasaba por la cabeza.
-Podemos irnos tu y yo, a mi coche nuevo, y puedo hacer que te relajes un rato, seguro que así encuentras a Sam más rápido. -No quería escucharla más. Me giré y caminé hasta sentarme en una mesa al fondo solo, pero notaba que me estaba siguiendo. -Oh venga Adam, no seas aguafiestas, sabes que siempre nos hemos atraído, ¿por qué no pasar un rato juntos? -Se sentó al lado mía poniendo sus piernas sobre las mías, esto era muy incómodo.
-Déjame Stephanie, no quiero nada de ti, estoy con Sam, y a diferencia de ti, ella me quiere.
-Oh..¿Y también sabe lo de que todo esto es una apuesta? Porque sería una pena que se enterará por otra persona que no fueras tu, ¿No crees? -Me estaba agobiando, ella era así, necesitaba lo que quería y si no lo tenía se buscaba otras maneras para satisfacerse.
-ERA una apuesta, ya no lo es, estoy enamorado de ella.
-Wow, que bonito, me vas a hacer llorar..Eso me hace pensar que no lo sabe entonces..-Negué con la cabeza arrepintiéndome de no haber hablado con ella sobre esto. No se merece que la hagan más daño.-Bueno bueno..yo ahora me voy un rato a mi coche, ya sabes donde estoy cariño, seguro que Sam prefiere que se lo cuentes todo tu antes de enterarse por alguien como yo.
Me estaba comiendo la cabeza, por una parte sabía que no iba a decirle nada pero por otra sabía que esa mujer era capaz de todo. Me puso entre la espalda y la pared.
Si me acostaba con ella podría decirle a Sam que lo habíamos hecho, o incluso seguir queriendo contarle lo de la apuesta. No. No podía hacerlo, tenía que hablar con ella y contárselo todo. Era el día.
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No podía parar de correr, necesitaba llegar a casa de Sam lo antes posible y contarle todo, quería contarle la verdad y que me perdonara, pero eso era algo de lo que no estaba seguro que pudiera pasar.
15 minutos después estaba delante de su casa, esperando a que alguien me abriera. Golpeé la puerta un par de veces y llamé al timbre un par de veces más pero, nadie me abría. Volví a hacer un último intento y la puerta se abrió, dejándome ver la sonrisa de esa preciosa chica rubia de la que estaba completamente enamorado.
-Adam.. ¿Estás bien? Pasa.
No hizo falta que dijera más.
Lo último que oí fue su voz diciendo mi nombre.
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Tenías que ser tú.
Teen FictionSam es una adolescente tímida con una vida bastante movida que no ha encontrado nunca al chico que la haga feliz. En su último año de instituto algo cambia y conocerá el amor pero, ¿le conviene? Únete a esta pequeña familia y vive el verdadero amor...