Capitulo 26 Navidad Boricua

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas de carácter sexual y ciertas situaciones que preferiblemente desearía sean leídas e interpretadas por un adulto...
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Un mes había pasado desde la fabulosa reconciliación de Candy y Terry. Jeremy estaba en sus adorables cuatro meses, más guapo y más engreído que nunca, padecía de mamitis aguditis y Candy casi no podía hacer nada, pues entre ella y Terry habían hecho del pequeño un ñoño de primera, pero sarna con gusto no pica, Candy vivía enamorada de su arrogantito que cada vez se parecía más a su padre.

-Me pregunto, charlatán, qué vas hacer cuando nazca el nuevo bebé, ya no estarás todo el tiempo en los brazos de mamá.

Le dijo Terry a su hijo que sonreía pícaramente sin saber que su hermanito o hermanita ya estaba en camino.

-No le digas eso, Terry. Mami todavía es todita tuya, ¿verdad, mi amor?

Lo defendió ella y lo cargó, pero cuando quiso devolvérselo a Terry hizo una perreta de madre.

-¿Y yo dónde quedo? Ya ni caso me haces.

-No seas exagerado, Terry, por "no hacerte caso" es que tengo dos meses de embarazo otra vez. Si este bebé también es un niño, pobre de mí. Tres Grandchester celosos y engreídos no sé si pueda soportarlo.

Dijo Candy acariciando su tierna barriguita que aún no se notaba.

-Creo que me dijiste que te hiciera otro niño igual de hermoso...

-Sí y más vale que lo sea porque tanto insististe hasta que me convenciste.

-No te preocupes, princesa, puedo seguir haciéndotelos hasta que salga como tú lo quieres..

-Ni lo sueñes, Terrence Grandchester.

Dijo Candy mientras se planchaba el pelo que había mantenido del mismo largo porque a Terry le gustaba así y su hijo se divertía mucho halándoselo. Estaban preparándose para la fiesta navidad que sería en la casa de los Grandchester. Rosemary, estaba un poco mejor, pero aún no salía del hospital, ni William ni Candy querían pensar en fiestas, pero Rosemary les suplicó que disfrutaran, que sus nietos merecían una encantadora navidad y que celebraran la vida, terminó por convencerlos..

-Te ves tan hermosa, Candy. Definitivamente todos nuestros hijos saldrán hermosos.

Le dijo Terry de pronto abrazándola por la cintura y luego besó el lugar donde crecía su segundo bebé, que era tan consentido, deseado y esperado como Jeremy.

-Y tú te ves tan arrebatadoramente guapo, mi amor. Cuando me miras así con esa sonrisa retorcida... te juro que te dejaría hacerme diez hijos más.

-Eso podemos solucionarlo, mi amor...

Terry se acercó a ella muy seductoramente y la envolvió en un arrollador beso que la hizo perder el conocimiento por un momento haciendo que se olvidara de peinarse y sólo se dejara llevar por esa boca que la hacía perder la razón.

-Terry, mi amor... tenemos que llegar en una hora... y todavía.. ahh... mi amor no me hagas eso... tengo que terminar con mi pelo...

Él seguía lamiéndole el cuello y el lóbulo de la oreja para luego bajar con sus labios a sus pechos...

-Lo siento, princesa... llegaremos tarde... ahora tienes que consentirme a mí.

-Pero, mi cielo es que.... por favor... no hay tiempo... tengo que...

A Terry no le importaban un comino las razones de Candy. La silenció con otro beso arrollador Perdiendo por completo la razón, ella comenzó a gemir, se preguntó cómo hacía Terry para convencerla siempre de todo. Como ella también sabía jugar muy bien ese juego, lo tiró a la cama donde empezó a despojarlo de toda su ropa. Se colocó dentro de las sábanas encima de él y lo comenzó a llevar al delirio con todo lo que su boca podía hacer...

Candy Candy: Amor de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora