Capitulo 4 Corazones Heridos

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Candy se ubicó con sus primas y los dos chicos con el pretesto de que ya tenía hambre, su expresión era extraña, pero no podía decirse que fuera de enojo, era de miedo y confusión

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Candy se ubicó con sus primas y los dos chicos con el pretesto de que ya tenía hambre, su expresión era extraña, pero no podía decirse que fuera de enojo, era de miedo y confusión. Terry por su parte había empezado como un juego, pues pensó que la chica estaba amargada, pero mientras más tiempo había pasado con ella, más le atraía y aún podía sentir sus labios en lo suyos y no le pasó despercivido que en el último beso ella no había puesto la misma resistencia que en los anteriores, se había abandonado por un momento y se dejó llevar. Ella se había convertido en un misterio para él.

-Candy, ¿quieres hamburger o hot dog?

Le preguntó Terry que se había unido al grupo minutos después. A Candy le sorprendió la cortesía porque no había burla ni sarcasmo en él. Todos los demás dieron cuenta también y se miraban con complicidad.

-Hot dog, por favor.

-¿Con todo?

-Sólo con ketchup, mayonesa y un poco de mostaza, por favor.

Terry así lo hizo, lo puso en una servilleta y se lo extendió. Luego le dio un vaso de refresco con hielo. Candy le sonrió fugazmente en gesto de agradecimiento. Stear y Archie les sirvieron a las otras chicas y luego ellos también se sirvieron y se sentaron los seis como si estuvieran acampando. Reían y bromeaban de todo un poco, ya Candy y Terry no estaban tan tensos, aunque Candy estaba bien confundida y su cabeza era un nido, Terry de vez en cuando la miraba disimuladamente y pudo notar que a veces su semblante se tornaba sombrío y que en sus ojos había una profunda tristeza.

-Chicos, ¿no les gustaría ver que hay por este caminito?

Preguntó Annie mostrando un camino claro que se veía en la orilla del agua y que conducía a unas rocas donde podían ver caracoles adheridos a las rocas.

-¡Vámos!

Dijo Stear y Patty y Archie se les unieron. Terry iba a seguirlos, pero al ver que Candy no se levantó se sentó nuevamente a su lado.

-¿No vas a ir, Candy?

-No. Aún estoy muy llena.

Contestó Candy suavemente, pues al menos esta vez la había llamado por su nombre y no le dijo nada sarcástico, además, tuvo el gesto de acompañarla cuando pudo haberse ido con los demás. Su expresión seguía siendo sombría, había removido recuerdos y los fantasmas del pasado se apoderaron de ella.

-¿Quién fue?

-¿Qué?

-El cabrón que te lastimó así.

Candy se quedó perpleja. De dónde había sacado él que su estado de ánimo tenía que ver con un desamor.

-No sé de qué hablas, yo...

-Lo sabes. No quieras engañarme, conosco bien esa expresión y esa actitud tan a la defensiva.

Terry le decía eso en serio, de corazón y ella no salía de su asombro, pero no pensaba soltarle nada.

Candy Candy: Amor de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora