Capítulo 12

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Alex

Terminó yendo solo al baño, necesitaba lavarse la cara y tomar un respiro de la inminente revelación.

Esta vez tuvo que ir hasta el baño del tercer piso, pues el del segundo piso se encontraba cerrado por lo que había ocurrido ayer. Cuando se encontraba en el trayecto hasta el baño, con la mirada de los de segundo medio extrañados por su presencia, se lamentó de haber hecho ese desastre. Que incómodo era que todos supieran que ibas al baño cuando ni siquiera le conocían.

Ahora, frente al espejo, con el rostro mojado, se preguntaba qué estaba pasando exactamente con él. Había evitado pensar detenidamente en ello porque tenía miedo de su propia reacción, y ahora que admitió algo que estaba enterrado tan profundamente dentro de él, no sabía qué hacer.

Tic, tac.

Sentía euforia y un creciente miedo. Todo en él se convirtió en tierra hasta caer al frío piso, y de alguna forma, de esa tierra acumulada entre frías baldosas crecían brotes de su propia persona, recomponiéndolo hasta volver a ser el mismo. Quería contarle a alguien sobre esto, quería hablar con Sofía.

¿Pero que quería decirle? Alex podía ser dueño de lo que pensaba, guardarlo profundamente como un secreto, pero si ponía en palabras lo que sentía, sería real. Y tenía tanto miedo de volver real su enamoramiento por su mejor amigo.

Tic, tac.

Era su amigo, ¿cómo podía romper esa amistad? El rubio tomó un poco de agua con su mano y se la llevó a la boca. No podía romper esa amistad, compartir tiempo con Jonathan era mucho más importante que pensar que le podría gustar.

Y se sintió solo, únicamente estaba él y un espejo. Sin quererlo, había levantado un muro ante la idea.

Pero se sentía como si el tic tac del reloj le rebotara en el tímpano. Como si acabase de activar temporizador.

Tic, tac.

Tal vez no era lo correcto, pero volvería a la única persona capaz de pasar a llevar la moral de alguien para decirles sus verdades en la cara.

Nath.

***

No fue difícil encontrarla, el cuarto E y el cuarto F formaban la alianza puma, por lo que si los encargados de escenografía estaban en el cuarto E, los de vestuario estaban en el cuarto F.

La chica con cabellos de colores estaba sentada junto a un grupo de personas, cosiendo los trajes de quienes serían los representantes de la selva. Los reyes de la selva, habían dicho sus profesores. Alex se quedó fuera de la sala, sintiendo que no tenía derecho a entrar si no era invitado.

Tomó aire y, con voz firme, hablo.

—Nath —dijo, con el ceño semi fruncido y las mejillas rojas.

La chica y el grupo de vestuario se dieron vuelta para ver al rubio. En menos de un segundo algunas chicas comenzaron a codearse entre ellas, y unos chicos se empezaron a reír, con ganas de molestar a la chica colorida.

—¡Nath, es de primero! Nunca pensé que te gustaran bebés —exclamó una de las chicas.

—Lo está terminando de amamantar —dijo un chico desde atrás, con la mitad de un traje puesto sobre su camisa del liceo.

Al parecer los había encontrado en plena prueba de vestuario.

—¡Ya cállense! —se quejó Nath, medio sonriendo medio enojada. Se levantó de su puesto y se acercó a Alex.

Tic, tac.

Nath iba a volver a hablar, pero cuando vio el rostro de Alex se detuvo. Alex no sabía que rostro estaba haciendo, pero fue suficiente para que la chica no preguntara nada.

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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