Solo una carga

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– ¿Ahora ves que no estoy mintiendo?, vamos a arreglas los papeles de una vez por todas que tengo mucha prisa – Sacó un pequeño abanico blanco y comenzó a utilizarlo sin dejar su expresión de fastidio.

Naruto, intentaba contener el frenético sentimiento de correr a abrazar al chico que reflejaba la apariencia de un viejo conocido y al mismo tiempo no podía dejar de verlo directamente a los ojos como si en cualquier momento el muchacho fuera a desvanecerse, como si de una ilusión se tratase.
Kaeru al ver ese comportamiento llegó a sentir algo miedo pero su actitud seguía siendo monótono y sin reflejar nada en su pequeño rostro, parecía que había sido criado de tal manera para mantener silencio y hacer caso a cada una de las ordenes de su madre.

– !¿Acaso no me estas escuchando?¡ – Aquellas palabras gritadas ayudaron a que reaccionara el chico de cabellos rubios.

– Eh, si..., yo voy... Por la Hokage... – Sentía como se le iba el aire y le costaba completar las oraciones.

Se precipitó a subir a un tejado bajo y a correr lo mas rápido que podía, pero de vez en cuando su cuerpo no actuaba de manera correcta y provocaba que tropezara con cualquier cosa o cayera por breves momentos. Toda la gente que estaba abajo a su alrededor lo miraba con intriga, ¿Estarán atacando a Konoha de nuevo? ¿Estará herido?.

Sakura, que al igual que la gente que pasaba por ahí, lo miró pasar con dificultad para caminar y decidió seguirlo para preguntarle directamente lo que le estaba  pasando.

– ¡Naruto!, ¿Que ocurre? – Su voz solo demostraba preocupación.

– Tsunade... Yo... Jiraiya... – Su respiración seguía siendo extremadamente corta.

Cuando Sakura vio su rostro pudo ver que sus ojos había cambiado a los del zorro de las nueve colas que a causa de los todos los sentimientos extremos que estaba experimentado Uzumaki estaba emergiendo.

– ¡Naruto, tienes que tranquilizarte! ¡el kyuubi se esta manifestando! – le soltó una bofetada como método para calmarlo.

Los ojos del hijo del cuarto Hokage volvieron a la normalidad pero ahora derramaban unas cristalinas lágrimas llenas de alegría.

– ¡¡Sakura, a vuelto. Jiraya a vuelto!! – cesó su marcha y la miro a los ojos.

– ¡¿Que?! ¿Que estas loco?, pero si él esta muerto.

La pequeña sonrisa dibujada en los labios de Naruto se borro por completo cuando entro en razón. Estaba en lo cierto, Jiraya había muerto cumpliendo su deber y que la verdadera identidad del niño era la del hijo del Sanin legendario.

Tuvo que explicarle la situación de camino a la base de la quinta Hokage y volver a repetir la historia para Tsunade.

– Entiendo, vamos de inmediato – Parecía que la nueva noticia no la impresionaba bastante a la Hokage, con las frecuentes visitas de Jiraya a esos lugares solo era cuestión de tiempo para que algo así sucediera.

Ya de regreso en las puertas principales, Naruto ahora junto de su compañera de equipo y la Tsunade acompañada por un puñado de ninjas como guardia  se volvió a presentar en frente de la señora que había vuelto a encender un cigarrillo.

– Mi nombre es Tsunade Senjuu, soy la quinta Hokage. Me eh enterado que pretende dar la custodia del niño.

– Si, como aquel chico es la familia mas cercana que pude encontrar del Sanin, pretendo dárselo a él.

– Uzumaki Naruto es menor de edad y no cuenta con el tiempo necesario para cuidar adecuadamente a otro menor. Por lo que le sugerimos dejarlo directamente a cargo de la aldea misma.

– Lo que sea, tengo que irme. Este niño desde que llego a mi vida no ha dejado de ser solo una carga.

Naruto al escuchar esas palabras llenas de odio y repudio se llenó de rabia pura porque esa mujer no podía entender el valor sentimental que tenia de saber que aun existía un legado de su maestro.

– Bien, es hora de llenar los papeles de adopción – La vida de Naruto cambiaría radicalmente a partir de ahora.

Nozomi, el hijo de JirayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora