CAPITULO VIII.

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Al día siguiente al terminar las clases fui a darme una ducha y arreglarme para ir al cine con Harry. Llegue diez minutos antes de que saliera de la escuela. Lottie me estaba llamando. Conteste.

- Hola, Lottie.

- Lou, no me gusta estar en casa de Liam, es aburrido.

- Oye, lo siento, no tenía con quien dejarte y no podías venir.

- ¿Es una cita romántica?

- Algo así.  – me sonroje.

- Son muy lindos, Lou. Tratare de encontrar algo divertido para hacer aquí.

- Gracias. No llegare tarde, lo prometo.

- ¿A las 9:00?

- ¿10:30?

- A las 10:00.

- Bien, a las 10:00 paso por ti.

- Bueno, diviértete. Te quiero.

- También te quiero. – Lottie me colgó y escuche un carro acercarse a mí.

- Hola, guapo. – era Harry, el guapo era él.

- Hola. – le sonreí y abrió la puerta del coche, mi asiento para ser más específico.

- ¿Con quién hablabas?

- Lottie. – subí al coche y otra vez percibí ese aroma tan delicioso, Harry.

- ¿No vino contigo?

- No, la deje en casa de un amigo.

- Bien. ¿Amigo?

- Si, todo bien, es Liam, podría confiarle cualquier cosa a él.

- Genial... ¿Liam es el chico que se sienta a tu lado siempre?

- Si, es el. – reí.

- Me agrada. ¿Solo son amigos?

- Si, Hazz. Solo amigos.

- Y... ¿nosotros?

- Mmm... no lo sé.

- Nosotros somos todo, Lou. – nos miramos fijamente y acaricio un mechón de mi cabello. Me sonroje (pude sentirlo) y sonreímos los dos al mismo tiempo. Comenzó a conducir mientras me hablaba sobre cualquier cosa, tráfico, las demás clases que dio, los alumnos que tiene aparte de mí.

Me preguntaba si algún alumno estaba enamorado de él como yo. Digo, es una persona hermosa, cada día me gustaba más y no lo pienso solamente por ese cabello corto y rizado que tenía, ni esos labios tan lindos y rosados, ni siquiera hablo de esos hipnotizantes, verdes y hermosos ojos. Tampoco podría decir algo malo acerca de ese buen estilo que tenía, los jeans ajustados a sus piernas, las camisas que lucían tan bien en su cuerpo y esas botas de distintos colores que usaba, parecía que sabía tanto de moda, incluso más que mi hermana, él sabía combinar la ropa tan bien. Pero, yo no hablo de eso, me refiero a esa hermosa voz que tiene, cada vez que me encuentro en su clase me siento tan afortunado de poder vivir eso. Sabía expresarse tan bien. Es un dios en lo que hace.

Después de un rato llegamos a la plaza y nos dirigimos al cine.

- ¿Compro las entradas? – me pregunto mientras me veía detenidamente.

- Bien. Iré a comprar palomitas. – le sonreí y le di un billete.

- Está bien, Lou. Yo pago las entradas, tú compra las palomitas y eso.

- Bien. – cada uno fue a comprar lo que habíamos dicho, yo no estaba seguro de lo que a él le gustaba, entonces lo espere. Pronto regreso con las entradas en sus perfectas manos.

When We End. (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now