Cuarto día: Jueves

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Narra Onnie:

Esta mañana Bon me ha enviado un mensaje diciendo que me vendría a recoger, pero como no me ha dicho a que hora llevo largo rato en el salón viendo tele esperando.

– ¿Tu cita aún no llega?– Preguntó oxy burlón.

– ¿Celoso? Además, no es una cita, si no fuera por esa ridícula apuesta no iría yo con él– le respondí.

– Como digas– se sentó a mi lado.

Estuvimos un tiempo viendo tele comentando de vez en cuando, lo de siempre.

– ¡Onnie!– me gritó Maggie y yo fui rápido a la entrada– tu dueño– dijo y se fue.

Abrí la puerta encontrándome a Bon el cual se rascó la nuca, vaya chico, prácticamente es la hora de comer y ahora llega.

– Perdón... Jeje... Me perdí– se excusó mientras yo salía y cerraba la puerta.

– La próxima dime un lugar y voy yo mismo allí– le dije, la verdad si lo llego a saber no me habría preparado tan temprano.

– Perdón, bueno, vamos a comer entonces– dijo y me tomó de la mano comenzando a andar más rápido para que le siguiera el ritmo.

Bon prácticamente me ha estado arrastrando quince minutos y ahora estamos en un restaurante esperando a que nos sirvan la comida, yo he pedido Ceviche de pescado y él ha pedido... En realidad no se que ha pedido, me he estado distrayendo pensando en la comida, de hecho creo que Bon me está hablando y yo le estoy ignorando.

– ¡Onnie!– me medió gritó llamando la atención de la gente y luego se tapó la boca avergonzado.

– ¿Qué? No hace falta que grites

– Ya llegó la comida, baja de tu mundo feliz mientras comemos– me dijo y empezó a comer su comida.

– Si, si– respondí y me puse a comer.

Amo el ceviche, es mi comida favorita, si pudiera me casaría con el ceviche, pero para mi mala suerte no es posible.

No se cuanto pasó pero un tiempo después pensando en mis cosas noté que mordía algo de metal y al mirar noté que ya había terminado la comida, no se si estoy sonrojado, pero con la vergüenza que llevo ahora por no haberlo notado antes de morder el tenedor no me extrañaría.

Lo siguiente que veo al subir la vista es Bon, que está con el codo apoyado en la mesa y la cabeza en la mano mirándome con una sonrisa ladeada.

– ¿Q-qué miras?– le pregunté dejando el cubierto en el plato.

– Como intentas comer el aire, parece que el pescado te hace feliz– comentó– ¿En que piensas cuando te ausentas del mundo?

– N-no te importa, y no intentaba comerme el aire

– Está bien– rió suavemente– vamos– dice levantándose.

– Espera, habrá que pagar– me levanté igual.

– Ya lo he hecho mientras estabas distraído– comenzó a caminar sin dejarme hablar, ¡ni que fuera una dama para que pague él!

Le seguí hasta salir y caminé a su lado alcanzando su mismo ritmo al andar.

– ¿Cuánto ha sido? Te pago la mitad

– Meh, no, ya he pagado yo, así que no importa– respondió sin mirarme, ¡estúpido dejame pagar!

– ¡Pero!

– Hey mira– me interrumpió señalando un gato en el parque.

Bon me tomó de la mano y corrió hacia el gato medio arrastrándome y al llegar me soltó agachandose a la altura de este.

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