Decisiones

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Donghae yacía en el suelo, sus brazos alrededor de su estómago y mitigando sus gemidos de dolor con el rostro contra la tierra. No quería que los demás vieran las lágrimas que rodaban por sus mejillas, de ningún modo permitiría que se dieran cuenta de lo mucho que estaba sufriendo a pesar de que sabía que ellos ya lo imaginaban.

La pelea había terminado justamente, Kangin lo derrumbo con una patada en la boca del estómago lo bastante fuerte para dejarle inmóvil por largos minutos, y a la vez lo suficientemente cuidadosa para no matarle en el proceso.

Él ganó, y Donghae no tenía nada por que objetar. Su padre le enseño que ser un buen perdedor demuestra la persona ganadora que serás en el futuro, y Hae definitivamente quería ganar en la vida. Aun asi existía esa cosa por la que todo esto empezó, eso que llaman "orgullo" y por lo que se empeñaba en no mostrarles la cara...

Las suposiciones fueron correctas, todos, incluyéndose el mismo, sabían que al final Kangin sería el victorioso. No era tan fuerte como para enfrentarse a alguien de su altura, y quizás jamás lo seria.

Espero escuchar risas, burlas, comentarios asidos de los otros soldados durante todo el rato que estuvo ahí, pero el silencio era lo que seguía rodeándolo, como si de pronto todos hubieran perdido la voz... ¿O acaso se había quedado sordo?

-Hey, Donghae.

Reconoció la voz de Kangin, la cual se distinguía pacífica o definitivamente se había golpeado muy duro la cabeza. Curioso levanto la cara  y apareció una mano frente a sus ojos, extendida y dispuesta a ayudarlo a levantarse.

-¿Estas mejor?

Enseguida otros dos chicos se acercaron para sostenerlo por los brazos.

-Yo...

-Pareces estable- dijo en ese momento el conductor. –Sera mejor que suban de una vez, no es seguro permanecer más tiempo en el camino.

El resto asintió y continuaron ayudándolo para subir a la furgoneta. Todo estaba sucediendo demasiado rápido como para asimilarlo, ¿Dónde estaban las burlas? ¿Dónde estaban los insultos? Repentinamente incluso Siwon lo miraba con amabilidad... ¡Y era Choi Siwon! ese hombre jamás lo toleró.

Donghae no alcanzaba a comprender el motivo de su nueva actitud. La falta de ruido era indudablemente inusual siendo que pocos podían llegar a mantener la boca cerrada más de un minuto. Miro a cada uno hasta que sus ojos se detuvieron en Kangin, el tipo le sonreía sin rastro de malicia.

-¿Estas mareado?- escucho que le preguntaba Kibum a su lado.

-No, yo...- balbuceo -¿Por qué nadie dice nada?

Kangin se inclinó un poco en su lugar y encogió los hombros quitándole importancia. -¿Qué habríamos de decir?

-No lo sé, ¡Cualquier cosa. Me ponen nervioso!

El mayor rio ligeramente, colocando una mano sobre el hombro del peli-naranja, sorprendiéndolo de nuevo por su gesto.

-Tranquilo. Esto está oficialmente resuelto ¿o no muchachos?

Los demás asintieron.

-¿Q-que cosa?

-Tú sabes- respondió Kangin.

-No, no lo sé- aseguró con mayor fastidio.

Siwon sonrió y cerró el libro que estaba dispuesto a leer. –Ya eres parte del equipo, a eso se refiere. Por cierto, ¡Bienvenido!

Donghae abrió ampliamente los ojos, ¿Qué clase de dimensión desconocida era esta?

-¡P-pero siempre he sido parte de este jodido equipo! ¡Demonios, desde que llegue aquí!

Mi Trébol de Cuatro Hojas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora