"Idiota" fue lo primero que escuchó al despertar y luego cuatro pares de ojos, tres de ellos escrutándolo intensamente con cierto reproche brillando en sus orbes, pero los que más le gustó encontrar fueron los que lo miraban alborozados.
-¿Por qué demonios no has venido a decirme que pescaste un resfriado?
Donghae intento incorporarse pero tenía todo el cuerpo adolorido, por lo que una mueca se dibujó en sus facciones suaves.
-No creí que importara mucho- respondió.
-¡Cualquier cosa que sufras es importante!- amonestó Jung-Soo. –De haberlo sabido no se te habría permitido entrar. Por tu imprudencia te pusiste en peligro y a otros dos soldados.
-¿Lo lamento?
-¡Laméntalo!- afirmó esta vez el General, dirigiéndole una mirada severa. -La condición de salud en la que estén es imprescindible que la informen, no estamos en posición de perder más miembros.
Donghae agachó la cabeza avergonzado, no llegó a imaginar que ignorar tan pequeño detalle fuera un error, después de todo no había querido causar molestias y al final fue lo único que hizo.
-Tranquilo- escuchó de pronto cerca de su oído derecho. –Ellos solo han estado preocupados por ti.
Hae se topó con el rostro de HyukJae muy cerca del suyo, mostrándole sus rosadas encías y blancos dientes en una enorme sonrisa reanimadora.
-No sabes lo feliz que estoy de que estés bien Hae.
El aludido casi sufre un ataque cardiaco cuando sintió los brazos fuertes del rubio alrededor suyo, atrayéndolo en un poderoso abrazo que se sentía reconfortarle y cálido.
Leeteuk que había estado atentó a todo movimiento del rubio carraspeo con la intensión de llamar su atención, tuvo que repetir la acción por lo menos otra dos veces antes de que el chico se separara de Donghae.
-En vista de que estas bien lo mejor será que descanses por esta vez y te recuperes para mañana. Te necesitamos de modo que considera este un respiro antes de tu labor.- Kyuhyun dio un asentimiento y volvió a colocarse sobre la cabeza el bonete. –Hasta mañana, Lee.
Donghae no tenía ansias por saber que les esperaba mañana, de hecho prefería ignorarlo. Con ayuda de HyukJae logró sentarse en la camilla y se desperezo placenteramente sintiendo sus músculos destensarse. La mirada aguda de Yunho comenzó a incomodarlo, era más que evidente que el enfermero estaba molesto con él; hasta ahora no había conocido esa faceta del muchacho, después de todo era siempre amable y considerado.
-Un resfriado. Un idiota que entra en un lugar que esta incendiándose sufriendo de un resfriado y rinitis crónica... ¿¡Acaso quieres morir!?
Sus ojos se abrieron como platos. La pregunta fue brusca para los sensibles oídos del peli-naranja.
HyukJae en cambio miraba colérico al enfermero, Yunho no estaba enfocándose en él para notar la advertencia en su rostro de modo que continuó.
-Fue una completa estupidez de tu parte. Como dije, debiste venir a decirme que estabas sintiéndote enfermo.
-No me sentía tan grave- murmuró.
-¡Ya no eres un crio!
-Basta, ya ha escuchado suficiente.
-¡Casi muere ahí dentro! ¡Imbécil!
-¡Cierra la boca!
Donghae trato de levantarse en el momento mismo en que HyukJae se trasladó al frente de la camilla y sujetó por el cuello de la camisa a Yunho. No había visto a ninguno de ellos tan molestos, la sorpresa lo dejo estático y muy curioso sobre todo porque la reacción del rubio no era normal.
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Mi Trébol de Cuatro Hojas
FanfictionUna guerra es lo que persigue a Corea del Sur, una batalla que obliga a los jóvenes, y el resto de hombres a unirse por su país, a prepararse y separarse para lo que es el destino que les espera. En un barrio cálido, pequeño, y casi desconocido de M...