•Capitulo 8: ¿Casualidad o coincidencia?

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Pasamos un buen rato esperando a que diera alguna señal de vida, respiraba, pero muy profundo y pausado; había posibilidades de que un poco antes haya sido atacado o algo así; pero además de eso, su cuerpo estaba mas que helado, aun mas frio que la nieve que nos cubría durante el invierno, pusimos cuantas sabanas, cobijas y edredones fueran necesarios, les pedí a todos mis sirvientes que solo mantuviesen vigilada la habitación para que mis padres no se enteraran de que tenia ahora un "paciente no muy bien recibido" en casa, mi madre se infartaría si se enterara y mi padre también; además de que pedí no decirle ni mencionar si acaso quien era yo, podría creer que lo pienso atacar o algo así.

Cerca de que diera la media noche llego mi padre un poco empapado por la tormenta, luego de que este estuviera más cómodo fuimos a su despacho para hablar mas a fondo acerca del trato que ahora tenia con el alcalde Raimon.

Hijo, creo que ya se acordó una fecha para la boda, ¿o aun no?-

El alcalde dijo que su hija y yo lo deberemos hablar en la semana-

No quiero sonar tan autoritario, pero quiero pedirte que la desposes en una semana-

Ah, ¿como por que?-¿estaba loco? Estaba planeado felizmente a lo mucho tres meses de libertad y ahora dice esto, parece que quisiera controlarme aun mas...creo que esta situación lo afecto mas a el que a mi.

Ella cumplirá los 17 en dos, y su padre no quiere que rompa la tradición de desposar a alguien mayor que ella- eso solo era un capricho familiar, no una verdadera razón.

Negociare con ella la fecha de la boda, ahora si me permites...-me levante de mi asiento y me despedí con el debido respeto.

Hijo-

¿Si?-

Se perfectamente que esto no es algo que tu quieras-al contrario lo que mas deseo es que esto no suceda-pero sabes que lo único que quiero es que tengas un futuro prospero, toma esto como un seguro-

Gracias padre, pero creo...que también debiste considerar mi felicidad...-estaba molesto, no dije mas y me fui de ahí para volver a ver al pequeño visitante, de algún modo me tranquilizaba verlo.

Regrese a la habitación en cuanto pude, ya estaba solo, aun así permanecí a su lado para estar junto a el, seguía temblando de frio, cerré las ventanas y puse la chimenea de la habitación, por suerte este cuarto estaba retirado de la habitación de mis padres; al poco rato ya todo estaba cálido, pero el parecía no ganar un poco de temperatura corporal, tomaba sus manos y estaban heladas al igual que sus mejillas, cada vez que lo miraba me sentía de algún modo mejor, mis problemas y disgustos desaparecían al verlo, sabia perfectamente que aunque estuviera en una mala condición, era fuerte.

A-Atsuya...no dejes...que me atrape-había hablado entre sueños, al principio no lo creía pero luego creí en la posibilidad de que había sido real.

Tranquilo, no dejare que nadie te lastime-me senté a su lado mientras dibujaba en su rostro algunos signos de miedo, un extraño impulso me llevo una vez mas al contacto físico, acariciaba su rostro una y otra vez, su piel era suave y era como si al igual que yo, el respondiera positivamente a mi atención. Lo que había dicho, me hacia sentir mejor; ¿seria que acaso el y yo estábamos destinados a al menos tener un encuentro inoportuno para que uno de sintiera mejor con la compañía del otro, o solo había sido un golpe de suerte? O mas bien la pregunta seria, ¿de quien y que tipo de suerte había sido la responsable de esto?

Por el momento no tenia importancia alguna, una vez mas comenzó a temblar, ya no había nada mas con que...bueno aun había algo o mas bien alguien, a decir verdad no tenia la menor idea de lo que estaba apunto de hacer.

Me quite únicamente la gabardina que aun permanecía helada, luego moví todo y me recosté a su lado, finalmente lo cubrí con mis brazos, me sentía bien y al parecer el también, su semblante cambio al momento en que se acurruco en mi...jamás había experimentado algo como esto, no hablo tanto sobre la acción si no la reacción de mi cuerpo al estar cerca de el.

Era como si algo inexplicable dominara tanto la situación como mi cuerpo, se giro haciendo que quedáramos frente a frente, una vez mas la bizarra fortuna parecía jugar conmigo, como si le gustara verme en este tipo de situación.

¿Que puedo decir? Esto es algo que jamás había sentido en mi vida...ojala pudieras ayudarme a comprenderlo...-un ruido en el pasillo llamo mi atención, haciendo que quitara las sabanas y me asomase, no era nada, solo una ventana abierta. De vuelta a la habitación note que había descubierto por completo a mi invitado, entre eso note que había algo tirado en el suelo- ¿y esto?-me acerque a levantar un papel muy arrugado y sucio, encendí una lámpara de la habitación para ver con mas detalle-¿pero que es...esto?-al ver bien que era mi reacción fue un poco extraña al igual que mi descubrimiento-¿acaso soy yo?-a decir verdad esto me resultaba quizá familiar...

Ya no tenia duda alguna el y yo nos habíamos enamorado desde la primera vez que nos vimos, la diferencia de tiempo no era mucho, pero era mas que obvio que el destino quería que permaneciéramos juntos.

No importa quien seas o incluso que seas, desde ahora eres mi dueño...-me guarde el dibujo que al parecer había hecho el en el lago de mi, justo cuando iba saliendo, jejeje...al parecer en un momento donde estaba mas que "expuesto", con un poco de memoria recordé que los dibujos que había recogido en el bosque eran parecidos, debió ser el, puede que el me haya visto esta mañana...puede que el también me quiera tanto como yo a el.

Contra la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora