•Capitulo 14: ¿A dónde fue aquel de ojos de hielo?

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+++Goenji+++

En cuanto el ultimo de los invitados se fue de la casa, Yuka comenzó a apagar todo en la casa, en un principio me asuste, me confundí mas bien, ella siempre le ha tenido un gran temor a la obscuridad y lo que hizo no me parecía lógico, justo cuando apago la ultima luz de la casa logre encontrarla para saber que sucedía.

Yuka, ¿pero qué crees que estas haciendo?-pregunte abrazándola, pues ella comenzó a llorar.

Fubuki se fue, él me dijo que apagara todo, pero no se bien por que, luego llegaron mas lobos y se lo llevaron lejos de aquí-decía entre lágrimas.

Bueno, el ahora ya esta en casa, pero... ¿para que querría que dejaras todo a oscuras?-

No lo se, pero parecía tener miedo cuando me lo dijo-

Bien las encenderemos todas hasta mañana- algo no andaba bien.

La noche parecía eterna, aun cuando logre hacer que Yuka durmiese bajo estas penumbras y lograr convencer a mis padres y los sirvientes que dejasen todo así.

Algo estaba ocurriendo, me parece extraño que él se vaya de este modo mientras pide que sumergíamos en nuestra casa en un camuflaje en la noche, si, hoy no habría Luna, hasta pasado mañana comenzaría a brillar de nuevo, un camuflaje nocturno, eso es.

Pero cual seria su razón para protegernos, de que o mas bien de quienes, aun cuando los que vinieran por el fueran su familia, dudo que el se preocuparía tanto por cubrirnos, como si se tratasen de alguien o algo peligroso.

Parecía tener coherencia mi teoría, pero ahora me preocupa con quien se habrá ido el, Fubuki por favor cuídate, aunque ya no te pueda ver mas quiero que estés bien.

Ah...-suspire mientras iba al balcón de mi habitación, Yuka se había quedado dormida en mi habitación y me quedaría con ella en caso que se asustara-...-justo cuando me asomaba al filo de la puerta cubierta por la cortina logre divisar a alguien, era de nuevo ese sujeto de cabellera larga y ojos que brillaban con una tonalidad casi rojiza, como el brillo de un vino recién servido en una copa de cristal bien pulida; un momento, tiene orejas y cola como Fubuki, debe ser uno de ellos, pero esa sonrisa no me agrada, cerré todas las ventanas y las cubrí con las cortinas evitando que viera mas, sabia el algo, me parece extraño encontrarlo una vez mas cerca de mi hogar.

La mañana arribó por fin con un bello amanecer, luz por todas partes que se dejaba colar por las ventanas que se reabrieron apenas con el primer rayo de luz del día.

Yuka se despertó un tanto desanimada pero bien, los sirvientes seguían recogiendo el desastre de anoche y mis padres desaparecieron hacia sus trabajos como todas las mañanas.

Esa mañana fui al club de caza donde un bullicio de gente se aglomeraba en medio de reclamos y gritos, entre al lugar entre empujes, al entrar se cerraron las puertas y vi a todos ahí en medio de una junta improvisada.

¿Ahora qué sucede, por qué esta toda esa gente allá afuera?-pregunte al capitán.

Al parecer hubo diversos ataques ayer por posibles lobos y todos nos culpan, que nosotros no los protegimos y de que hayan perdido mucho-

¿Eh? Dudo que haya sido Fubuki, me pregunto quienes habrán sido.

Supongo que nosotros debemos hacernos cargo-dijo Kido

Hay gente que se ofreció a ayudarnos, aun así debemos cumplir con parte de nuestro deber-

Eso es injustificado, además casi todo el pueblo estaba en mi casa ayer-dije un tanto inconforme por semejante reacción-

Supongo...-

Muchachos, solo les complaceremos esta noche a estos pueblerinos, ellos deben entender que nosotros no somos sus guardias personales, que este club lo formamos por un deporte no por una obligación- dijo Endo con voz serena-

¡Si!-afirmamos todos al mismo tiempo.

Inmediatamente me fui a mi casa por mi rifle y mi gabardina que usaba durante las frías noches en este pueblo, Al llegar me encontré a Yuka en su habitación viendo hacia la ventana abrazada a su peluche que le había regalado en su cumpleaños pasado,

¿Qué pasa?-me acerque a ella un tanto preocupado, creía que aun estaba mal por lo del castigo que le dije.

Hermano...alguien vino hace rato, no se quien era, pero creo que era un amigo de Fubuki, ahora ya no se si esta bien-dijo preocupada.

¿Por que piensas eso?-la abrace y senté en su cama.

Es que el hizo eso, me asuste mucho-señalo una flecha que estaba clavada cerca del balcón-¿que tal si algo le paso a Fubuki?

Tsk... ¿que no había nadie que se diera cuenta?-pregunte más que molesto-

-negó con la cabeza- todos los sirvientes están salieron por lo que dijo mi mama el otro día, no se por que cosas salieron pero les dije que estaba bien dejarme sola un momento-

-la abrace- lo que importa es que estas bien, ahora, ven, te quedaras conmigo en el salón de abajo hasta que todos lleguen-ella solo asintió y fuimos, estaba mas preocupado aun, podría tener razón ella y Fubuki podría estar en peligro.

Contra la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora