A PASOS LENTOS

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Y si, se quedó allí sentado con su valor en mano, no fue capaz de soportar la presión, tanto, que oía y hasta sentía su sangre pasar por sus venas ir y venir una y otra vez.

Después de unas cuantas horas ya cuando la tarde moría se retiró despidiéndose de su jardín dejando una lagrima que a poco a poco se escurría cubriendo el pétalo de la segunda rosa más hermosa de aquel bello jardín, puesto que la primera se marchitaba en su mano. Ya de regreso a casa sintió que no estaba sola, pues la perilla de la puerta principal está un poco tibia y el tapete un poco despeinado, Entro con tanta delicadeza que la madera del piso no logro doblarse para producir aquel sonido que da entender la vejez de la misma.

Ya cuando se encontraba en la sala vio que no había nadie y luego recordó que salió tan entusiasmado que no noto que dejo la puerta abierta y el tapete un poco despeinado y que la perilla andaba un poco tibia por que el sol descaradamente la besaba cada atardecer, se acercó a la puerta con algo arrogancia mirando entre la puerta y la pared como las personas llegaban a casa después de un arduo día de trabajo y sus familias les esperaban en casa, luego la cerro, deseando tener quien le espere en casa.

Ya en su cuarto se despojó de su chaleco y sombrero, al mirarse en el espejo no había notado que aquellas lágrimas de arrepentimiento dejaron caminos de rencor en su arrugado rostro, y se preguntaba así mismo.

- Y si tal vez me hubiera acercado...

E imaginaba las posibilidades en las que su día hubiera podido terminar diferente, bastaba con pensar que él estaba al lado de ella para que su corazón se redimiera en sufrimiento, el solo deseaba que ella fuese feliz por algo que el hiciese, algo que ella notara, algo que dibujara en ella una linda sonrisa.

Una Historia De Bolsillo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora