3.- A dormir otra vez

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En el viaje, el avión no hizo más que moverse tranquilamente a través de las nubes, recuerdo que Alan solo estaba tranquilo mirando por la ventana, quería mirar pero tenia miedo de moverme. Miré del otro lado del pasillo y estaba una madre con su hijo quien se movía jugando con sus juguetes, mientras la madre leía un libro. Si ese niño podía moverse tan libremente, ¿Qué me impedía moverme?. Alan no me estaba prestando atención, pero decidí que miraría, así que pasé sobre él y me asomé lentamente a la ventana...se podía observar la ciudad, cada rincón de ella, desde arriba, las casas y los techos junto con los edificios y demás construcciones se veían pequeños, las personas ya no se distinguían y los autos eran como pequeñas hormigas casi invisibles,las nubes junto a la ventanilla se veían como una niebla impalpable, suaves, cercanas pero a la vez lejanas. Sentí como mi corazón experimentaba una sensación de tranquilidad mezclada con emoción y felicidad, me había perdido de algo muy hermoso, el cielo brillaba y para cuando volví a mi asiento Alan se había quitado sus audífonos y me miraba con una sonrisa de aprobación.

-¿Qué tal? es lindo ¿verdad? ¿Quieres cambiar de asiento?

-Sí, es muy lindo...ya no tengo tanto miedo-estaba agitada, pero no era miedo, era por la emoción, pensé que iba a pasarme algo, creo que estaba siendo paranoica y ya- ¿puedo cambiar contigo?

-claro, ven.

nos cambiamos de asiento, Alan volvió a ponerse los audífonos mientras yo miraba fascinada la ventana...pasó un rato hasta que me dí cuenta que el no haber dormido me estaba pasando factura, ya estando tranquila mi cuerpo se comenzó a relajar mirando las nubes, para cuando intente pensar en algo más que no fuera la imagen que había quedado en mi mente de la ciudad, me había quedado dormida.

-...a...leea...leea, despierta babosa...

-q...que? ¿Alan?...-miré a mi alrededor, aún seguíamos en el avión, al parecer tenía una almohada alrededor de mi cuello, aún veía un poco borroso -...¿qué hora es?

-ya son las dos de la tarde, no te desperté antes pero necesitas comer algo...-Alan me señaló una bandeja que contenía unos sándwiches y pequeños envases que no sabia que contenían-cogí eso para ti, come...

-¿De dónde salió esta almohada?-dije mientras me la quitaba del cuello.

-creí que el que iba a dormir era yo, así que la traje para mí, pero te veías tan cansada, así que ahí tienes...agradécemelo-dijo mirándome por sobre el hombro.

-jajaja gracias, no sé que haría sin ti...eres mi héroe.-tomé la comida y la abrí.

Entre espera y espera pasaron creo que unas 3 veces las azafatas preguntando si deseábamos algo del carrito, yo tome un té y Alan unas galletas. Mi mayor fuente de distracción era la ventana, se veía una ciudad desconocida, no sabía por donde estábamos volando, pero era agradable ver pasar las cosas desde el punto de vista de las nubes.

Hicimos la escala en México, y abordamos el siguiente avión a Panamá, donde tomaríamos el último avión a las islas. Aún quedaba un largo camino, así que saqué un libro que había traído para distraerme y empecé a leer, ya no me sentía tan cansada porque había dormido pero el aburrimiento provoco mi sueño de nuevo. Cuando sentí que iba a quedarme dormida le iba a pedir la almohada a Alan, pero me di cuenta de que estaba con su cabeza tirada hacia el pasillo y dormido con sus audífonos puestos.

Tomé la almohada, le quite los audífonos y apague la música, le puse la almohada en el cuello y me acurruque en su hombro para dormir también. pero entonces tuve un sueño...

era azul, celeste y los rayos del sol pasaban a través de la superficie, sentía que debía respirar pero no podía...mis pulmones comenzaban a doler y finalmente respiré. sentí como se llenaban de agua, llenó rápidamente mis pulmones pero invenciblemente no me ahogue, vi como mi piel brillaba con el sol como las escamas de un pez, y sentí peligro...nadé hacia abajo, más y más profundo, pero la sensación de peligro me seguía vi un arrecife, peces de colores y animales que no reconocía nadaban a su alrededor, entonces un cardumen paso eclipsando el sol por un instante, y el peligro se hizo evidente, unas mallas comenzaron a pescar a los peces..."ahh era un barco" pensé, y me sentí insegura de acercarme o no...cuando me decidí a nadar hacia el barco, una mano sujeto mi muñeca y me detuvo. 

-¿piensas ir con ellos?-era una voz de hombre, estaba enojado y me hablaba desde el cuerpo al que pertenecía esa mano, pero no podía verlo.

-no lo se...

-¡suéltala!

Alan estaba nadando hacia mi desesperadamente, le gritaba al dueño de esa mano...pero no me soltó, empezó a nadar, y me arrastró con él, Alan me estaba llamando y yo solo me dejaba llevar, veía la figura de una persona pero nadaba por la parte más oscura del arrecife y no veía bien. Entonces tuve miedo, y empecé a luchar. cuando logre soltarme esa persona solo se quedó de espaldas a mí y con la cabeza baja...escuché a Alan acercarse, el otro chico no movía ni un músculo y yo solo lo miraba, hasta que halan me tocó y entonces desperté.

Alan seguía dormido, y el avión ya estaba por aterrizar, habíamos llegado a Panamá, ya empezaba a atardecer para cuando nos bajamos del avión. Solo uno más, pensé. Abordamos nuestro último vuelo y subiendo en el avión me percate que ya no había sentido miedo a subirme y lo primero que había hecho fue mirar por la ventana, el mar, se veía solo mar por todos lados, ya habíamos salido de la ciudad y solo podía ver el mar. Esta vez Alan y yo ya no dormimos, yo escuché las conversaciones de las demás personas, hablaban español, y me puse a pensar, ahora debía acostumbrarme a hablar en ese idioma, como reportera tenia que dominar 3 idiomas en la universidad,decidí aprender francés y español y sinceramente no me consideraba buena en ese idioma. Mi vocabulario era poco fluido y creo que pronunciaba mal algunas palabras, hasta ahora no había tenido que utilizarlo, pues en los aeropuertos si hablan inglés, pero cuando fuese a investigar con los lugareños debía hablarles en español.

-Leea, yo no soy bueno en el español...-me dijo Alan cuando trataba de leer un folleto que había encontrado por ahí.

-lo se...no te preocupes, te traduciré lo que quieras...

Alan si hablaba español a la perfección pero le era difícil leer, el había aprendido italiano y español. Por lo que no estaba sola en cuestiones de idioma, pero eso no importaba, de todas formas él seria el camarógrafo así que no necesitaba hablar mucho. 

Llegamos al aeropuerto y nos esperaba un guía que nos dirigiría al hotel, cuando llegamos a nuestra habitación nos importó muy poco dejar tiradas las maletas, solo queríamos recostarnos y dormir, nos toco una habitación doble, Alan se apresuró a tomar la cama más cercana al baño y yo la que sobró, entré al baño y me cambie de ropa, Alan también se puso su pijama, que no era más que su boxer, yo había llevado mis camisetas grandes, hacia calor en la isla, así que encendimos el aire acondicionado, estábamos cansados así que nos fuimos a la cama y nos quedamos dormidos.

Bajo las olasWhere stories live. Discover now