• Pilot •

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—Es genial, no crees? —el chico cuyo nombre aún no sabía, la sacó de su tan emocionante burbuja.

Jayde le dedicó una sonrisa verdadera que hace tiempo pensaba que se había extinguido pero que no pudo evitar dejar salir a flote ante la emoción.

—Soy Jasper, Jasper Jordan —éste estiró su mano, esperando recibir el mismo gesto.

Ella lo dudó unos segundos, pero tampoco tenía planeado dejarlo allí con la mano estirada. Tal vez éste era el primer amigo que hacía en la Tierra y agradecía que fuera tan amable.

—Soy Jayde —dijo en un principio, estrechando su mano. Aún así, el interrogatorio seguía plasmado en su cara. Quería saber su apellido, y lo sabía. Tan solo tenía esperanzas de que no dijera nada al respecto y simplemente la aceptara-. Jayde Mitchell —finalizó, soltando su mano y cambiando levemente su expresión.

Si bien pudo notar cierta sorpresa en la cara de Jasper, éste entendió que no era lo indicado mencionar algo sobre su particular vida, si es que ella no quería.

De repente, un escalofrío recorrió toda su espina dorsal. En cuanto empezó a tener control total de su cuerpo,  se dio cuenta de lo que tramaba el Arca; usarlos como conejillos de India pero, ¿por qué?

—¿Qué crees que pase cuando el Arca se entere de que estamos vivos?

Su mirada se dirigió a un chico, un chico que parloteaba con una chica menor que él, mientras se abrazaban demostrando su afecto y cariño el uno al otro. Le sonaba bastante conocido, pero le era imposible identificarlo del todo cuando le estaba dando la espalda.

Una pequeña risa salió de los labios de Jasper, dejando a una muy confundida Jayde y haciendo que ésta saliera de su trance momentáneo para mirarlo.

—¿Qué?

—¡Deja de preocuparte por ellos! Estamos en la Tierra mi lady, disfrútalo mientras puedas — respondió Jasper, brindándole una sonrisa tranquilizadora.

Jasper tenía razón, sus palabras tenían un efecto que le hizo abrir los ojos. No debía preocuparse tanto por el Arca en esos instantes. Tenía que aprovechar esa oportunidad única y exclusiva de recorrer la Tierra y disfrutar de ella. Porque si de algo estaba segura, era que el Arca bajaría a arruinar toda su diversión en cuanto se enteraran de que estaban vivos y gozando más que ellos, que están estancados en el espacio.

Por primera vez, su cabeza se llenó de pensamientos que no involucraban a el Arca. Pensó que este nuevo hecho haría un nuevo cambio significativo en la vida de los cien. Era una de las primeras personas en sentir la Tierra bajo sus pies y nada ni nadie podría cambiar eso. Finalmente, era libre.

Eran libres.

[..]

—¡Tenemos que ir al Monte Weather! —gritó el chico a la multitud de gente que se había formado a unos poco metros de él junto a la chica rubia—. Ya habéis oído a mi padre, es la mayor prioridad..

Jayde rió con disimulo, no creyéndose lo que escuchaba. Justamente, el que lo dijera el hijo del Canciller hacían que las posibilidades de que lo siguieran sean pocas y muy monótonas. Estaba loco si creía que alguno iba a hacerle caso o a escucharlo si quiera.

—¿En serio crees que le haremos caso a tu padre?, ¿O a ti? Sigue hablando principito —espetó sin poder controlarse y sin quitar la sonrisa socarrona que tenía su rostro. Se lo había guardado desde que se enteró de su presencia en la Tierra, aunque si hablamos de insultos, Jayde tenía mucho más por decir.

The 100 [Bellamy Blake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora