~Patri~
El tío Jesús había venido. Que bien. Esa noche seria genial, siempre que venia el tío Jesús, las cenas eran mas entretenidas. Era una de las personas que mas admiraba Patri. De mayor le gustaría hacer lo mismo que él, tener una vida bohemia, viajar, enamorarse, ver mil lugares, hacer lo que quiera y donde quiera, aprender del arte, y aprender de cada cultura.
Si, Patri era una chica muy soñadora. Se lo decían a menudo: "Patricia ¿cuando bajadas de la luna?" Ella se reía, y se lo tomaba como un cumplido, hasta que se fue haciendo mas mayor. Aun seguía soñando.
Patri bajo rápidamente las escaleras de su casa, corrió descalza hasta la entrada donde estaban su hermana mayor, su madre h su padre recibiendo al tío Jesús.
-¡Tito!- dijo lanzándose a sus brazos, con una enorme sonrisa- que ganas que tenia de verte.
-Y yo preciosa-dijo mientras seguía abrazando a su sobrina.
Se quito el abrigo y lo dejo en ciña de una silla. No llevaba ropa cara, pero a Patri siempre le pareció un hombre muy elegante. El tío Jesús era guapo, pero la edad le ganaba.
-Jesús ponte cómodo, ya sabes que es tu casa- dijo la madre mientras preparaba algo en la cocina.
-Claro que si mujer, a sus órdenes- respondió.
Se sentaron a la mesa. Patri al lado de su tío, como era de suponer.
-Jesus, cuentame, ¿qué tal llevas las operaciones?- dijo Fede, el padre
-Bueno... Pues lo mejor que se pueda llevar la enfermedad- respondió.
El tío Jesús, tenia cáncer. Si. Es un dato muy importante que debería de haber dicho antes. Se lo diagnosticaron hace 1 año. Cada día iba peor. Tenía un tratamiento, que en ocasiones seguía. El tío Jesús era demasiado liberal para seguir tantas instrucciones aunque sean por seguir viviendo.
Por ahora estaba bien, que era lo mas importante.-Ya llega la comida- vino la madre riéndose, con una cazuela.
-Que buena pinta- dijo Patri.
Todos probaron el delicioso arroz que preparaba Blanca, la madre. Era una mujer muy dulce y simpática, pero tambien una mujer fuerte y firme. Trabaja en el hospital, era la doctora Blanca Herranz, una de las mejores en transmitir alegria a los pacientes. Era pediatra, y trataba a niños. El arroz estaba esquisito, y era una receta que pertenecía a su familia desde muchos años.
-Me alegro de que te os guste- dijo Blanca.
-Bueno y ¿que tal mis sobrinas?- Patri sonrió, la encantaba hablar.- ¿Que tal llevas el Bach, Patri?
-Bien, ahí vamos. Llevo genial, literatura- Todos rieron. Sabían que a la chica le encantaba la literatura, y la historia, y como no, presumía de ello.
-Haber cariño, que eso ya lo sabemos.
-¿Y que tal las ciencias?- dijo su hermana Raquel, con ánimo de chincharla. Patri la miro con cara de asco.
-Pues mal, que quieres te diga.
-Bueno pero las mates, no es nada, las pasaras.- dijo su padre.
Las mates... Ivan...
-Si, si. Las mates... Las aprobare, tranquis.- Se rieron.
- ¿Y mi otra hermosa, pero chinche sobrina?- Patri se río de lo que dijo su tío a su hermana. Raquel sonrió falsamente, aunque después se río de la contagiosa risa de su hermana pequeña.
- Bien, tito ahí voy, luchando contra el mundo. - Se rieron todos. -Conseguí el permiso de aprendiz en "ELLE" (la revista) dentro de dos días, entrevistaré a Gigi Hadid.
Raquel quería ser periodista, mas bien, era periodista. Hace poco acabo la carrera, y esta buscando trabajo. Le encanta su profesión.
- ¿Y los novios?- dijo su tío con una sonrisa maliciosa.
Patri odiaba eso. No tenia novio, y no la preocupaba, vivía perfectamente sin uno. Además su corazón ya tenía nombre.
-Anda cariño cuentale a tu tío, tu nueva consista- dijo el padre, Fede, a Raquel.
Fede, de Federico, era vendedor de seguros. Trabajaba en una empresa, fundada por él y un amigo suyo. Vendían de los mejores seguros de la ciudad. Él, en realidad, jugaba al fútbol desde su adolescencia, era el mejor jugador de su barrio, incluso, pudo ser fichado por equipos profesionales, pero una lesión en la rodilla se lo impidió, para siempre.
Él sabia perfectamente lo que era perder el sueño de tu vida.
Por suerte conoció a su mujer, de la que seguía enamorado, y mas tarde nacieron sus queridísimas hijas, el motivo por el que se despertaba cada dia.-Bien, pues ya que lo dices...- dijo Raquel con una sonrisa picarona. -Chris están...genial, es guapísimo, listo, gracioso, educado- decía mientras que su hermana, Patri ponía los ojos en blanco- además, ¡es piloto! Bueno es aprendiz, pero pronto, iremos a Alemania, para que pueda terminar de estudiar.
Chris era en realidad un chico... Bueno era mas bien algo... Algo extraño. Daba apariencia de ser un chico talentoso, guapo, simpático, con sentido del humor, estudioso y además poseía dinero, aunque era demasiado egocéntrico, él era siempre el centro de todo. Estaba acostumbrado a tenerlo y a ganárselo todo, así que si alguna vez no conseguía algo, una de dos: o se cabreaba como un niño, o perdía las esperanzas. Raquel y él se conocieron hace poco, unos... 7 meses. Raquel estaba enamoradísima de él, al igual que él de ella. Patri suponía que el amor de Chris a Raquel era por lo mucho que tenían en común, salvo porque su hermana era mas valiente.
-¿Tan rápido? ¿te irías con el a Alemania? ¿con un chico al que conoces de...7 u 8 meses?- pregunto el tío Jesús serio, con las cosas del corazón siempre era serio.
-Claro que si- dijo convencida- le quiero- eso lo dijo en voz mas baja.
La cena terminó. Era tarde y Patri se fue a dormir.
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Sucesos de una adolescente, fuera de lo común.
Fiksi RemajaPatricia Jiménez Herranz es una adolescente de 18 años, totalmente perdida. Su apariencia es normal, es social, tiene una familia fantástica, y unos amigos increíbles. Pero hay algo que la diferencia de las demás adolescentes: esta perdidamente enam...