Eran cerca de las tres de la tarde para cuando Kyle pudo tener algo de tiempo libre para él mismo. La mañana tuvo que pasarla yendo de un lado a otro junto a Roxana, visitando y comprando algunas cosas que le hacían falta a la joven, otras tantas para la madre de la chica, y otras más que se dio el lujo de comprar él para su viaje y como recuerdos.
Caminó en dirección sureste desde su hostería y pronto se encontró con una figura conocida, refrescando sus pequeños pies en lo que era una rudimentaria fuente de agua.
Se acercó lentamente y se sentó a su lado, viendo su reflejo en la superficie del agua cristalina. Se sorprendió cuando vio algunas pequeñas piedrecitas moverse en el fondo.
―Nunca había visto a los Dwebble hacer eso―apuntó hacia el pequeño Pokémon bicho-roca que se deslizaba bajo el agua―. Fitji está llena de Pokémon interesantes.
Bruno lo miró de reojo. De esa forma, Kyle pudo notar que algo estaba molestándole al joven, y esperaba que no fuera él.
―Kanto tiene muchas especies de Pokémon―vio un Swablu acercarse a tomar un poco de agua y alzar vuelo nuevamente―. Pero definitivamente no tantos como aquí.
Se quedaron en silencio un rato, Kyle interesado en la variedad de Pokémon que se acercaban a beber agua a la pequeña fuente, Bruno lanzándole miradas llenas de intriga.
―¿Hay algo que quieras preguntarme, Bruno?
El niño agachó la mirada. Claro que había algo que quería pedirle a Kyle, pero todavía estaba nervioso con una persona nueva rondando cerca. No era solamente que fuera un niño reservado y tímido.
―Bueno―dijo al tiempo que se ponía de pie―, si hay algo que pueda hacer, solo dímelo, ¿está bien?
Antes de que pudiera echarse a andar, sintió como tiraban de su camisa oscura para detenerle. No hacía falta que se diera la vuelta, pues sabía que era Bruno quien le detenía. El pequeño no dijo nada y empezó a caminar en dirección oeste hacia las afueras del pueblo. Kyle lo siguió muy de cerca.
Fueron por las calles del pueblo y pronto encontraron la última disposición circular de casas antes de salir ha terreno abierto. Continuaron entonces y torcieron cerca de una enorme roca musgosa en dirección sur, adentrándose entre las palmeras y el follaje.
Poca era la luz que quedaba en el cielo, y debajo de las altas y gruesas hojas de palma era todavía menos. Por un momento, Kyle no pudo evitar sentir algo de miedo cuando notó que la espesura comenzaba a iluminarse tenuemente con luces varicolor en toda su extensión. Deseaba con todo su ser que esas luces fueran las de los Volbeat e Illumise.
Finalmente, luego de ya un buen rato caminando, el pequeño Bruno se detuvo en seco. Miraba en una sola dirección, una preocupación en su mirada confundida con miedo. No estaba seguro de querer hacerlo, pero sentía que las opciones se le agotaban.
Le señaló en una dirección y, asomando la vista, Kyle pudo avistar el tronco hueco de un árbol viejo y caído. En su interior, una curiosa figura oval adornaba su centro sobre lo que era un suave colchón de plumas y aserrín.
―Un huevo de Pokémon...
Su voz se perdió en un suspiro. Aquel resultaba ser el gran secreto de Bruno. Entonces su mirada de preocupación y aquella sensación de intranquilidad que transmitía se debía a esto, pensó Kyle. Estaba más tranquilo ahora.
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Pokémon: La oscuridad de Lugia
Fanfiction"Las llamas de las montañas, las olas de los mares, los huracanes de los cielos... cuando las leyendas se vuelvan una, la tierra se separará del tiempo y el espacio, desgarrando su realidad en una vorágine, de la cual habrá de nacer aquel que sane e...