―Kyle...
La voz áspera del experto y joven marinero lo despertó de su siesta. Había estado durmiendo por al menos cinco horas y ya tocaba que despertara para hidratarse y comer algo. El mar no perdonaba a quien se descuidara tan solo un poco.
―Ya estamos llegando a Isla Trois.
A lo lejos, en la dirección que señalaba la punta de la lancha, podía verse finalmente lo que inconfundiblemente era tierra firme.
Luego de casi un día entero de navegación, Kyle veía tierra por primera vez, y la reacción que se le quedaba en el rostro era de estallar en llanto.
―Sí que eres de agua dulce, chico.
No podía evitar burlarse. Pero en el fondo, podía sentir igualmente algo de lástima por el joven. Le ofreció una botella de agua potable y algunas frutas para que recuperara líquidos y energía.
―Whualfuinm―bostezó en la cara del capitán―. Lo siento...
―No es gracioso―medio sonrió―. Bienvenido al corazón de la región: Trois.
―¿La isla o la ciudad?
El marinero no supo si obviar su cuestión o simplemente arrojarlo a que nadara con los Sharpedo, como bien pretendió anteriormente el idiota turista. Consideró las consecuencias para su licencia de navegación el perder un tripulante en alta mar... ¿Quién podría saber que viajaba acompañado?
―No me gusta la cara que está haciendo, capitán.
―Isla Trois es la más grande de todas las islas de la región, además de ser el centro de la misma.
La isla, en su totalidad, abarcaba cerca de dos mil kilómetros cuadrados de territorio, sin incluir a las pequeñas islas a su alrededor y la línea de aguas que oficialmente le pertenecían en carácter de aguas distritales.
Por otro lado, era el centro político, geográfico y modernista de la región. Los más importantes avances en tecnología se encontraban allí, lo que incluía por supuesto un Centro Pokémon.
―Los lugares más importantes, o que pueden llamar tu atención, mi amigo estudiante, son la Universidad Nacional de Fitji, el Instituto de Investigaciones Meteorológicas y Geotérmicas de Fitji, y el Área de Conservación del Patrimonio Humano y Natural de Fitji.
―Parece orgulloso de todos ellos, capitán.
―No puedo negarlo...
Había un aire distinto en su rostro, y su voz sonaba a nostalgia, o quizás tristeza, como quien habla de una mascota o familiar perdidos, o de los sueños que no pudo cumplir.
―El Área de Conservación es muy importante para todos en Fitji. Después de todo, allí descansa nuestra historia.
―¿Qué me dice del resto?
―Los del Instituto solo son unos cerebritos que no pueden predecir con certeza cuándo saldrá el sol.
―En... ¿En serio...?―no estaba seguro de si reír o contenerse―.
―Y la Universidad...―sus ojos brillaron―. Estudiar es importante, ¿no es cierto? Hay suficientes pescadores en estos días, y no estaría bien que toda una generación se dedique a lo mismo.
Kyle sentía lo mismo, y estaba completamente de acuerdo con el capitán. El futuro de los jóvenes debía ser lo primero, y debía pasar por su educación. El capitán Oscar no debió tener esa oportunidad en su juventud.
Giró en dirección a donde Trois. La isla se veía más grande ahora y se podían distinguir las formas de varias naves en sus cercanías. También, el claro resplandor de una ciudad y, más allá, el rugoso color de la tierra de una elevación como una montaña.
Desde esa distancia, en medio del mar azul de una nueva región, el joven de Kanto se sintió como esos jóvenes entrenadores aventureros de las historias que tanto había escuchado en los últimos años. Jóvenes que habían viajado lejos de casa para cumplir sus sueños. Deseo tener un poco de ellos en él.
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Pokémon: La oscuridad de Lugia
Fiksi Penggemar"Las llamas de las montañas, las olas de los mares, los huracanes de los cielos... cuando las leyendas se vuelvan una, la tierra se separará del tiempo y el espacio, desgarrando su realidad en una vorágine, de la cual habrá de nacer aquel que sane e...