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d o s

— ¿Complicado? ¿Por qué tendría que ser complicado?— pensé.

— Pero bueno, si no quieres esta bien, yo lo decía por... —

— Mañana voy a tu casa a visitar...si me mola... va. —

— En serio... ¿lo intentarás?— dijo Tae sorprendido.

— No tengo nada que perder, la situación no podría estar peor ¿no? — dije terminando con una sonrisa.

— Bueno, vamos a dejarte a casa, te acompaño. —

— No... mejor voy yo, no quiero que me vean contigo, podrían ponerse peor con sus preguntas. —

— Bueno, nos vemos luego, adiós. — dijo Tae y me abrazó.

 — Gracias Tae... — dije mientras nos separabamos.

Sonrió y cada quien fue por su parte. No estaba muy segura de ir, tenía un poco de miedo... vivir con un chico, era mi mejor amigo, pero aún así tal vez las cosas si eran tan complicadas como él las decía.

Llegué a mi casa sin hacer ruido, entré a mi habitación, me puse la pijama, lavé mi cara y cepillé mis dientes y a dormir.

🏠

Estaba muy cansada, me despertó mi celular, era Tae llamándome.

— ¿Hola? — dije mientras intentaba abrir los ojos mejor.

— ¿_____? ¿Estás? — dijo Tae

— Umh... si claro ¿qué pasa? — dije mientras bostezaba.

— ¿Cómo que, que pasa? ¡Ven a mi casa tonta! —

— No tengo la menor idea donde esta Tae, ¡Si nunca me has llevado! — exclamé.

— Jo... es cierto, en 15 minutos voy para allá. — dijo Tae

— Que sean 14... —

— Jope... —

Me levanté de la cama. Me duché lo más rápido posible, me vestí, me sequé el cabello y me hice una coleta alta. Llevaba puesto una blusa negra, pantalón de mezclilla, botas color café y una chaqueta de jeans. Me pusé un poco de maquillaje y baje para esperar a Tae afuera. Mi madre estaba en la sala leyendo una revista.

— ¿A donde crees que vas? — preguntó mi madre bajando la revista de su cara.

— Umh, voy con un amigo, saldré un rato... —

— ¿Con que permiso...? — dijo sarcástica.

— ¿Me dejas ir? — dije con una pequeña sonrisa.

— Si vas a salir antes de las 8 aquí ¿de acuerdo?— dijo mi madre.

— Si, ma, gracias. — dije mientras salía. Bueno al parecer no estaba de tan mal humor.

Me senté en la banqueta. Tae no llegaba.

— Cabrón... siempre tarde — pensé.

Me quedé esperando unos minutos más. De repente vi pasar a un chico en una bicicleta azul.

Tenía el cabello verde claro, era muy lindo, aparte era muy blanco. Cuando vi su cabello solté una pequeña sonrisa me resultó muy tierno. Al parecer el se había dado cuenta y detuvo su bicicleta. Dios se me paró el corazón.

— ¿Qué ves, bonita? — dijo con una sonrisa de lado.

—Uh... yo solo... — dije sin poder pronunciar una palabra más.

El chico se rió y me guiñó el ojo y se fue.

Estaba súper roja, ¡Que pena!

Minutos después Tae llegó como si nada, se sentó a lado de mí.

— Aló hawaii. — canturreó.

— Cabrón, ¿por qué siempre llegas tan tarde? —  dije molesta.

— Tenía un asunto en mi casa... vine lo más rápido posible. — dijo Tae.

Asentí.

— ¿Por qué estas tan roja? — dijo Tae mientras se reía y apretaba una de mis mejillas.

— Ah... ¿yo?... coño. — dije mientras tapaba mi cara.

— ¿Has visto un chico o que? — dijo riéndose.

— ¡Claro, que no! — exclamé.

— Okay, tomatita ¿vamos a mi casa? — dijo con una sonrisa.

— Agh, vamos. — dije mientras golpeaba su pecho. — No soy un tomate. —

— ¿Cereza? — dijo alzando una ceja sarcástica.

—Mmm... no, es un rojo similar a como dejaré tu cara. — dije mientras reía.

 — Pues, si puedes correr... — dijo mientras comenzaba a correr.

Comenzamos a correr, hasta que Tae se cayó de rodillas.

 — Joder, Tae ¿Estás bien? — pregunté asustada.

 — Sí, fue un pequeño golpe. — dijo y lo ayude a levantarse.

Comenzamos a caminar.

— Si de verdad te vienes a vivir a mi casa, me harías la vida más felíz. — dijo Tae con una sonrisa.

—Debo pensarlo ya sabes, tampoco quiero dejar a mis padres. —

— Lo entiendo... —

—Pero haré lo que pueda. —

Llegamos a la puerta de su casa.

 — Oye, ¿Por qué decías que iba a ser complicado para mí vivir en tu casa? — pregunté.

— Ya verás... — dijo mientras abría la puerta de la casa. — Joder...— pensé al ver lo que había adentro.

...