Capítulo 6

7 1 0
                                    

          6

Tres de julio

Aquel día iba Apolo iba a ir a casa para ver una película, y al terminar tomaríamos un granizado al lado de la playa. Habían pasado dos días desde mi huida del hotel con Ian. Casualmente mi hermano apenas pasaba el día en casa, y cuando lo hacía no me dedicaba ni una sola palabra, se tomaba un café antes de encerrarse en el cuarto en donde trabajaba y no salía de allí en todo el día.

No había vuelto a hablar con Ian, se me había olvidado enviarle un mensaje al día siguiente de habernos conocido, Ethan me había llamado por skype y esas llamadas ocupaban la mayor parte de mi tiempo. Tampoco había contactado con mis padres, ellos tampoco lo habían intentado. Pensarían que estaría ocupada con mi nueva vida.

Eso me llevo a estar algunos minutos dudando, con el número de mi madre marcado en la pantalla de mi móvil, en si llamarla o no. No sabía si en aquel momento estaría trabajando, o tal vez era una excusa para no volver a la realidad de mi pasado.

Respiré hondo antes de pulsar el botón verde de llamar. Sonó tres veces antes de que me contestara.

— ¿Hola? — Sonó la voz de mi madre. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal.

— Mamá, soy Arizona. —Hablé con nerviosismo.

— ¡Ari! ¿Qué tal te sientes en Miami? ¿Estás contenta? ¿Qué tal vas? Me agrada escuchar tu voz. —  Soltó mi madre como una ametralladora.

— Muy bien mamá, estoy contenta y voy genial, gracias. — Sonreí. Tenía ganas de llorar en aquel momento.

— Me alegra mucho cariño. — Estaba sucediendo, se me estaba formando un nudo en la garganta.

— Siento no haber llamado antes, mamá. — Dije tragando mis ganas de sollozar. Aunque mi madre había notado que algo iba mal.

— Ari, ¿te sientes bien? ¿Ha sucedido algo? — Preguntó con preocupación.

— ¿No estás enfadada conmigo? —Dejé escapar un sollozo. Patética y más que patética.

— ¿Por qué iba a estarlo? Estoy muy feliz de que hayas llamado, nada me alegra más que volver a escuchar tu voz. —No entendía cómo podía mi madre estar tan tranquila; cómo podía ser yo tan débil y ella tan fuerte.

— No lo sé, siento que os he abandonado. —Intenté concentrarme y no llorar.

— Cariño, no lo has hecho, yo sé que tenías razones para irte y preferimos dejarte ir a que sufrieras. —Sentí que mi vida se volcaba.

— Te quiero, mamá. —Se oyó un sollozo al otro lado de la línea que me dejó desconcertada. — ¿Mamá? — 

— Lo siento hija, yo también te quiero. —Y se cortó la llamada.

Respiré hondo de nuevo antes de guardar mi móvil en el bolsillo e ir al baño a por papel.

Me encerré en mi cuarto y planeé cosas para distraerme en las dos horas que quedaban antes de que llegara Apolo. Comencé a abrir cajas y a colocar objetos en estanterías, colgar luces donde pudiera y pegar fotos en las paredes.

Echaba de menos a mi mejor amigo. También echaba de menos a Noan. Si estuviera conmigo lo podría haber llevado mejor, pero sabía que él necesitaba trabajar y yo a veces le entorpecía. Él hubiese sabido cómo calmar mis sentidos y distraerme, hacerme reír... él me conocía más que nadie. 

No tenía conmigo a mi compañero de crímenes. A mi partner in crime.

Sonó el timbre. Dejé lo que tenía en la mano encima de mi cama y fui a abrir la puerta. Miré por la pequeña pantalla que se encontraba al lado de la puerta y me sorprendí de que el chico que esperaba no era Apolo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 12, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Si Fuera Verdad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora