Vive Tu Vida Conmigo

2 0 0
                                    

Nuestra relación continuaba cada vez más repleta de amor y muestras de cariño.

Cada qué podía rodrigo venía a verme, pues el seguía en gira con los chicos de Río Roma.

José Luis y Raúl se portaron de maravilla cuándo Rodrigo me presento con ellos, los músicos y el staff. Me llevaba bien con todos pues antes y después de conciertos cercanos a mí ciudad convivía bastante con ellos, a pesar de llevar tiempo sin ver a su familia seguían manteniendo ese buen humor qué caracterizaba a toda la gente que rodea a Río Roma, siempre un trata amable con sus Fans y prensa.

Un día rodrigo, llamó a mí casa para pedirme qué no saliera de casa pues llegaría y se quedaría en esta por una semana para descansar antes de salir a una pequeña gira por latinoamerica, yo me sentí feliz de tenerlo conmigo por un buen tiempo, era bastante puesto que antes sólo se quedaba por un par de días.

Llegó por la tarde, yo estaba limpiando un poco, así qué no me di cuenta de su llegaba, él usaba las llaves qué le di tiempo atrás.

Estaba de espaldas cuándo sentí qué unos brazos me tomaron y me envolvieron en un abrazo cálido y tierno, depósito un pequeño pero cariñoso beso en mi mejilla, yo entusiasmada lo salude con un enorme HOLA! y gran sonrisa.

-Ya tenía demasiadas ganas de verte hermosa!. - me dijo mientras tomaba asiento en los sillones, tomó su maleta y empezó a buscar algo con insistencia.

-Yo también moría de ganas por verte nuevamente. -le respondí mientras me sentaba frente a él observando su insistente búsqueda en su maleta.

-Mira, te tengo una sorpresa!. - dijo mientras sacaba una pequeña cajita negra de la maleta, y me la entregaba.

-Hay amor, no era necesario, en verdad. Qué estés aquí  conmigo es lo importante. - tomé la cajita con un poco de nervios.

La abrí, mientras rodrigo me miraba con un brillo en los ojos y una gran sonrisa qué era algo muy hermoso en el, parecía cansado por el viajes pero siempre trataba de darme su mejor cara y así poder expresar su amor.

Finalmente abrí la caja, era un hermoso collar brillante y con una piedra color carmesí en el centro, incluía un juego de pendientes y un brazalete hermosos al igual que el collar.

Me miro a los ojos y tomó el collar, se acerco a mí y me lo coloco, acto seguido comenzó a hablar, se aclaró la garganta y dijo:

Luce perfecto en ti, es tal cuál lo imagine, cuándo lo vi de inmediato pensé en ti, la piedra roja tiene un gran significado mi amor, es señal de nuestro amor, quiero que cuándo yo no esté a tu lado mires la piedra y pienses en nosotros, en todo lo qué hemos pasado para poder estar juntos, en los momentos perfectos, y así yo estaré a tu lado siempre. - al finalizar de hablar pude notar cómo unas lágrimas rodaban por sus mejillas, estaba realmente emocionado.

Mi amor, me encanta, gracias pero no deberías gastar tanto dinero en éstas cosas, nuestro amor no necesita detalles costoso para saber qué estaremos juntos por mucho tiempo. - le dije mientras lo abrazaba y me daba un tierno beso en señal de agradecimiento.

Yo no me merecía su amor, todo lo qué él estaba sintiendo por mí era demasiado, no soportaba un minuto más mintiendo, no después de todo lo qué me estaba diciendo, debía confesarle la verdad, pero no podía, romper su corazón seria algo terrible, él ya estaba demasiado enamorado de mí, pero desgraciadamente y tal vez egoísta de mí parte, yo no lo estaba, no lo amaba. Me había enamorado de alguien más en el tiempo que él estuvo lejos de mí.

Tal vez algún día le diría la verdad, pero hoy no era el momento adecuado para decirle tal cosa.

Me propuso ir a cenar y acepté, subí a darme una ducha y poder estar lista para la cena, usé un vestido negro casual, unos tacones y solté mi cabello, me maquillaje ligero, usé el perfume qué a rodrigo tanto le fascinaba. Bajé y ya estaba esperando en la sala.

-Te ves radiante Andy! - dijo mirándome de pies a cabeza mientras se paraba de sobresalto y me daba la mano para salir rumbo al restaurante.

Subimos al coche y comenzó a manejar, puso algo de música mientras tarareaba una canción qué pasaban por radio, yo me burlaba de qué no sabía la letra y a él parecía divertirle mi risa así qué siguió cantando.

Realmente amaba su sonrisa.

El sentimiento de culpa se hacía presente, pues al verlo sonreír recordaba las veces en qué le fui infiel, me sentía la peor persona del mundo, por dentro sabía qué rodrigo merecía saber la verdad pero no quería perderlo él era lo único bueno en mi vida y no me había pues a pensar eso antes.

Entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa para dos, el mesero se aproximó a nosotros para tomar nuestra orden, pedimos nuestra comida y rodrigo pidió un vino blanco, mi favorito y el lo sabia a la perfección.

-Y bien mi niña, qué te parece el lugar. - pregunto mientras servía el vino en ambas copas.

-Es perfecto, gracias rodrigo en verdad no merezco todo esto. - le dije un tanto apenada pues yo no estaba acostumbrada a esto y a él parecía irle de maravilla.

-Mereces esto y más.

Comenzamos a cenar, entre anécdotas de parte de rodrigo sobre los conciertos, había risas, comentarios tontos de mi parte qué parecían divertir a rodrigo pero de una forma tierna siempre.

Pasada un hora y media el mesero se acerco con dos rebanadas de pastel de chocolate se veía realmente delicioso.

-Tu favorito mi niña. - dijo rodrigo invitándome a comer un poco del pastel.

-Gracias mi amor, toda la noche ah sido perfecta. - le respondí con una gran sonrisa.

Terminamos nuestro postre y seguimos charlando, después rodrigo se levantó de su silla, fue un poco raro pues se dirigió a mi, me miró fijamente a los ojos y se inclinó un poco poniendo una rodilla en el suelo, entonces tomó una pequeña cajita qué guardaba en su saco, la abrió y pude ver un hermosos anillo con una gran piedra en el centro.

-Andrea, mi niña, hemos pasado muchas cosas para finalmente estar así frente a frente con el mismo sentimiento, y no me quedan dudas qué eres tu el amor de mi vida, la mujer con quién quiere pasar el resto de mis días, es por eso qué hoy con el corazón en la mano y completamente seguro de lo qué siento por ti quiero pedirte qué seas mi esposa,

¿ANDREA, ACEPTAS CASARTE CONMIGO?

-No lo podía creer, estaba en shock la idea de casarme con rodrigo, era demasiado para mi, nunca creí qué esto llegaría tan lejos, no después del mal juego qué le había hecho.

Yo no respondía, mis pensamientos inundaban mi mente, tanto como para darme cuenta qué todas las miradas de los demás comensales se fijaban en nosotros algunos con sonrisas y unos tantos más con su teléfono en mano en espera de mi respuesta para rodrigo.

Mire a mi alrededor,solté un enorme suspiró y centre mi mirada en rodrigo, él cuál seguía sosteniendo el anillo y tenía una enorme sonrisa sus ojos brillaban esperando mi respuesta, entonces volvió a preguntar.

-QUÉ DICES ANDREA, ACEPTAS CASARTE CONMIGO?

-Rodrigo, no crees qué esto va muy rápido? No llevamos tanto tiempo juntos cómo para dar éste paso tan grande, deberíamos pensarlo bien amor no lo tomé como un NO, piensa que es un tal vez por favor no te molestes conmigo. - dije con temor de su respuesta.

-Está bien mi niña, pensemos las cosas y estaré esperando tu respuesta. - dijo mientas cerraba la cajita, algo cabizbajo y una sonrisa forzada, volvió a sentarse mirando a la nada.

-Estás bien?. - pregunte un poco temerosa de su respuesta.

-Si, es sólo qué. Bueno no importa. Sólo vamos a casa. - se levantó y pagó la cuenta. Tomó de mi mano y salimos.

Todo el camino a casa fue demasiado tenso, ninguno pronunció palabra alguna, esta vez no encendió la radio, sólo aparto la mirada del camino para dedicarme unas pequeñas sonrisas las cuáles respondí de igual manera.

Entramos a la casa y nos fuimos directo a la cama, dormíamos en camas separadas pues él era demasiado respetuoso para tener intimidad antes de casarnos o algo parecido.

Bueno esto ya estaba escrito jajaj desde hace dos años...

Un Vicio Caro Es El Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora