Cura

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Todos se habían quedado callados ante esas palabras del segundo hermano. Todomatsu en especial, no podía tragárselas simplemente.

— ¿A qué te refieres con eso? —le dijo, con los ojos llorosos, poniendo las manos en el cristal.

—Ustedes no lo comprenderían, es demasiado complicado —trataba Karamatsu-san de explicar, pero el de rosa se negaba a entender o a escuchar.

— ¡¿Quién es?! ¡¿Quién se ha atrevido a robarte de mi lado?! —Todomatsu parecía haber perdido la cordura en ese momento, tomando su arma apuntando al espejo, cosa que todos los hermanos trataron de detener antes de que hiciera algo tonto.

—Todomatsu, tranquilo —Ichimatsu le detuvo el brazo, mientras que Choromatsu y Osomatsu lo sostenían del otro brazo y del torso.

— ¡Voy a matarlo! ¡Mataré a quien se atrevió a engatusarte! —las lágrimas del menor fluían incontrolable, mientras que Karamatsu-san sólo podía observarlo.

—No hay necesidad de que lo mates, Todomatsu. Él está muriendo ahora mismo —dijo Karamatsu-san—, y no hay nada que yo pueda hacer para detenerlo. Este era mi castigo —dijo esto último con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada—. Así que no se preocupen, hermanos. Volveré con ustedes en poco tiempo.

Los cuatro del otro lado se le quedaron viendo. Había algo de verdad diferente en su hermano. Tal vez era el hecho de que por fin era abierto con sus emociones, algo que sólo ocurría cuando estaba sometido a un fuerte estrés. Tal vez era que lo estaban viendo en ese momento con el corazón destrozado, y por ello totalmente cambiado.

—Todomatsu, de verdad perdóname. Debí serte más fiel, aferrarme al amor que sientes por mí, pero fue imposible cuando lo conocí. Nunca me imaginé poder amar a alguien como a él, y me duele tanto haberlo hecho. Si les soy sincero, no me arrepiento haberlo hecho, y desde ahora les quiero decir que, si vuelvo con ustedes, me retiraré del negocio. Quiero vivir una vida normal. Volveré a la casa de nuestra madre, y conseguiré un trabajo normal.

—Karamatsu-niisan, deja de decir disparates. Sabes que, sin ti, todo el sistema se desmorona —le insistió Osomatsu.

—Ya tomé una decisión, Osomatsu-niisan. Y no puedes hacerme cambiar de opinión.

— ¿No has pensado en qué haremos si tú no estás? ¡¿Qué clase de idiota eres, Karamatsu?! —le gritó Ichimatsu, a punto de llorar como su hermano menor.

—Sólo eso. Un idiota. Siempre lo he sido, hermanos. Ya, me voy. Tengo que hacerle compañía a Kara-chan, aún tengo esperanzas de que despierte para que le diga lo mucho que lo amo.

Los demás trataron de detenerlo, pero el de azul se marchó. Pronto, y de igual forma, la energía del espejo se acabó cortando el enlace entre ambos mundos. Todomatsu gritaba entre furioso y desesperado, tratando de recobrar la conexión de cualquier forma sin éxito alguno. Terminó pues, arrodillado en el suelo mientras lloraba, lamentándose de su pérdida.

—Todomatsu, no llores por favor. Tal vez es sólo uno de esos caprichos que tiene muy a menudo —Osomatsu trataba de tranquilizar al menor, quien no paraba de llorar.

—No, no es otro de sus caprichos. Yo lo conozco muy bien para saber que esto no es un capricho. Al contrario, empiezo a pensar que tal vez yo era su capricho.

—Todomatsu, por favor no digas eso. Él te ama, y demasiado, tienes qué creernos —le insistía Ichimatsu.

— ¡No lo hace! Tal vez antes lo hiciera, pero ya no más. Esos ojos... yo jamás lo había visto con esos ojos, y esa sonrisa al hablar de ese. Él nunca me miró de esa manera —sólo se ocupó en seguir llorando, sin remedio y sin que alguno de sus hermanos pudiera hacer algo para calmarlo.

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora