Adam Riffestone: La historia de un bandido

Capitulo 1

DESCONOCIDOS

Era una tarde soleada en Taranto ,Italia. La Sra. Raffaello habia regresado de las compras y se dirijia de la mano con su hijo Adam de tan solo 6 años, la señora había cruzado ya varias cuadras y se dirigía rapidamente a su casa .

- Mamá - el pequeño jaló del vestido de su madre- ¿Cuando regresará papá?

-en unas horas-Respondió- debemos preparle la comida, Adam tu vigilarás la sopa mientras yo pico la zanahoria- ambos estaba frente a la puerta y la mujer procedió a abrir la puerta con sus llaves. Al abrir la puerta Adam corrió como un relámpago y se subió a su cuarto , su mamá le dijo que bajara a ayudarla y el niño bajó después de unos minutos. Adam empezó a poner la mesa, tomó una pila de loza con 3 platos ,3 cucharas , 3 vasos y 3 servilletas, cuidaba de no correr , ya que no quería quebrar nada. El timbre sonó y la mamá corrió a abrir, su Thomas su marido había vuelto. ¿Me alegra verte Sara, y a Adam, díganme cómo les fue?- saludó a su mujer y a su niño.

Thomas entro , se quitó su saco y su sombrero, lo que dejo ver su cuerpo flaco y su rostro quemado por el sol. Sara, su esposas, pronto lo invitó a sentarse, y la familia empezó a comer. Adam se mantuvo quieto sin hacer ninguna travesura o algo que molestara a su mamá, estaba bastante cansada ya. Thomas se notaba feliz pero con pesar en sus ojos, no podía ocultarle a su esposa una noticia y más cuando era grave, entonces abrió la boca y empezó a hablar.

-Sara , me han despedido - la mujer comía tan apaciblemente, que cuando escuchó eso casi se atraganta con la sopa.

- ¿Que dijiste?- quería omitir la realidad.

- La empresa ha ido de bajada desde que falleció el dueño, los nuevos administradores empezaron a despedir a empleados a diestra y siniestra- Sara permaneció callada.

-¿Y que estuviste haciendo toda la tarde?- Thomas agachó su cabeza. En realidad había ido a tomarse unos tragos, nunca fue bueno recibiendo malas noticias, y aún cuando había dejado el alcohol, acudía a él sin que su familia supiera.

-Thomas, necesitamos dinero, no sé si tú sabes, pero la cama de Adam tiene los resortes de fuera, ¿Así quieres que duerma tu hijo? - Thomas la tomó de los brazos y la consoló, le dijo que verían la forma de ganar dinero, que su familia era su prioridad. En ese momento un sonido proveniente de afuera interrumpió aquella pelea, era un coche que se había estacionado enfrente de la casa, el brillo del sol reflejado en el parabrisas cegaba a cualquiera, era un coche de lujo llamativo e inasequible, alguien de familia privilegiada, o de clase alta lo tendría, pero en ese lugar era raro ver ese fenómeno. Los vecinos se asomaban por las ventanas y observaban con envidia el vehículo, los niños que jugaba afuera se acercaban a verlo y algunos lo tocaban. Los Raffaello no eran la excepción y quedaron hipnotizados por el carro.

Thomas tomó a su hijo y lo cargó en sus hombross se adelantaron y pudieron estar enfrente de la puerta del coche, un BMW M3. Un mayordomo abrió la puerta trasera, de donde salio un hombre con un saco cafe hasta las rodillas y con un sombrero del mismo color que cubría su rostro. Detrás de él salió una niña, cómo de 6 años, la misma edad que Adam. Thomas consiguió estar cerca de aquel hombre desconocido que mucha gente atraía por sus posesiones y el dinero que suponía tener. El hombre siguio caminando con su hija, era una niña rubia de ojos azules, se detuvo un instante al notar que Adam la seguía por la curiosidad, ella se le quedó viendo fijamente y ambos estaban inmóviles , viéndose el uno al otro.

-¡Adam , vámonos es hora de irnos!- su papá lo llamó desde la casa.

- Me llamo Arabella - Adam se presentó la niña que era muy bonita y blanca, se sonrojó.

Arabella Caruso, la niña más hermosa que Adam vió alguna vez. Adam no dejó de pensarla y de desear volver a hablarle. Arabella no era más que una niña solamente, quizá el futuro los uniría de alguno forma a ambos.